Tras conocerse la noticia que el policía estadounidense Darren Wilson no enfrentaría cargos judiciales, en Ferguson cientos de manifestantes comenzaron a lanzar objetos contra las fuerzas del orden, gritando “no hay justicia, no hay paz”, mientras la policía lanzaba gas lacrimógeno para dispersarlos.

La policía, sin embargo, desmintió haber lanzado gas lacrimógeno -aunque luego confirmó- y afirmó haber sido objeto de un cóctel molotov. También denunció saqueos en el norte de St.Louis y lamentó el incendio de uno de sus vehículos.

Los gritos de protesta se oyeron también en la plaza Times Square de Nueva York y en la capital Washington, donde cientos de manifestantes rechazaron esta negación de justicia.

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“El deber de un gran jurado es separar los hechos de la ficción”, declaró a la prensa el fiscal de St. Louis, Robert McCulloch.

Los jueces “han determinado que no hay razón suficiente para presentar cargos contra el policía Wilson”.

“No hay duda de que el policía Wilson causó la muerte” de Michael Brown, expresó, al hablar de una “fallecimiento trágico”.

Los doce jueces, nueve blancos y tres negros, llevaron a cabo un trabajo “completo y profundo”, escucharon 70 horas de testimonios de unos 60 testigos, examinaron cientos de fotografías, y escucharon a tres médicos forenses.

AFP

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El gobernador del estado de Misuri, Jay Nixon, había decretado el estado de urgencia, desplegado la Guardia Nacional y reforzado los efectivos de policía ante la posibilidad de que se llevarán a cabo protestas.

El riesgo de que las manifestaciones culminen en disturbios es grande en esta ciudad de 21.000 habitantes y en los suburbios de St. Louis donde habita una alta mayoría de negros (casi 67% del total) y los policías y ediles son casi todos blancos.

Además, la muerte este fin de semana en Ohio (norte) de un niño afroamericano de 12 años, abatido por la policía cuando esgrimía una pistola de juguete, puede desencadenar nuevos brotes de indignación.

El episodio de la muerte de Brown ocurrió luego que se denunciara un robo en una tienda en la zona. Los testigos aseguran que Brown, un estudiante de secundaria que estaba desarmado, tenía los brazos en alto cuando fue baleado, mientras que Wilson dijo que actuó en defensa propia por temor a ser atacado.

Tras ser baleado, su cuerpo permaneció tirado en la calle durante horas, un hecho visto por los manifestantes como un signo de desprecio de las fuerzas del orden por la población negra.