Un muerto y cuatro heridos dejó este sábado un ataque atribuido a la guerrilla de las FARC en la isla colombiana de Gorgona, una reserva natural en el océano Pacífico, mientras se aguarda la liberación de cinco prisioneros del grupo insurgente, informaron las autoridades.
“Como resultado del ataque a la isla Gorgona fue asesinado un teniente y cuatro uniformados resultaron heridos”, dijo el general Rodolfo Palomino, director de la policía colombiana.
El asalto, ocurrido en la madrugada del sábado en esa isla ubicada a 35 km de la costa, fue adjudicado al Frente 29 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la principal y más antigua guerrilla del país.
El brigadier general Luis Eduardo Martínez, director de la sección de Carabineros de la cual depende el destacamento atacado, dijo en rueda de prensa que los guerrilleros llegaron en dos lanchas rápidas con capacidad para una decena de personas, y usaron explosivos caseros que dejaron totalmente destruidas las instalaciones policiales.
Por otra parte, fuentes policiales indicaron a la AFP que tres miembros de la fuerza pública que habían sido reportados desaparecidos ya fueron encontrados resguardados entre la vegetación y bajo escombros.
“Rechazamos acciones terroristas en Gorgona contra la Policía”, tuiteó el presidente Juan Manuel Santos, y ofreció sus condolencias a los deudos del teniente abatido.
Durante el ataque, dos turistas suizos y 29 funcionarios civiles se encontraban en Gorgona, una antigua cárcel reconvertida en los años 1990 en reserva ambiental y turística, donde las fuerzas armadas mantienen un destacamento permanente.
“Aunque los civiles resultaron ilesos y pudieron salir del lugar, fue eminente el riesgo que sufrieron para su vida”, dijo en un comunicado la estatal Defensoría del Pueblo, que vela por los derechos humanos en Colombia.
El ataque se produjo mientras el país aguarda la liberación del brigadier general Rubén Alzate, el cabo Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego, retenidos el domingo 16 en el departamento del Chocó (oeste), y de los soldados César Rivera y Jhonatan Díaz, prisioneros desde el domingo 9 tras combates en el departamento de Arauca (este, fronterizo con Venezuela).
Las capturas motivaron la suspensión del proceso de paz que las FARC y el gobierno avanzan desde noviembre de 2012 en La Habana.
El viernes, el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, había pedido al grupo insurgente un “desescalamiento” de sus acciones bélicas.