Boca Juniors y River Plate igualaron 0-0 en un partido de ida por las semifinales de la Copa Sudamericana 2014, jugado la noche del jueves en el estadio La Bombonera, en Buenos Aires, ante unos 50.000 espectadores.
El desquite se jugará el 27 de noviembre en el estadio Monumental, y el ganador se enfrentará en la final con el vencedor de la llave entre el colombiano Atlético Nacional y el brasileño Sao Paulo, con ventaja parcial para los de Medellín, que se impusieron 1-0 en el duelo de ida.
El encuentro fue muy trabado en la primera parte, con un desarrollo de mayor a menor, pues el juego fue intenso y con mucho ritmo en los primeros minutos, con un lapso en el que Boca dominó, a partir de ejercer una presión en todos los sectores, aunque a la vez le costó generar situaciones favorables.
River resistió en ese comienzo, en el que solamente podía salir con pelotazos desde el fondo para el colombiano Teo Gutiérrez y para Giovanni Simeone, pero con poca participación para ambos, bien cubiertos por los centrales auriazules, y tampoco conseguía salida por los laterales, ya que el local le cerró los caminos en ambos andariveles.
Boca se quedó pronto sin una de sus cartas, el ‘Burrito’ Juan Manuel Martínez, que se retiró lesionado en un tobillo luego de una durísima infracción de Leonel Vangioni, que sólo recibió una amonestación del árbitro Silvio Trucco.
El encuentro abundó en choques, infracciones y algunas brusquedades que Trucco no sancionó con la debida severidad, y dentro de ese contexto, fue River el que empezó a cargarse de amonestaciones.
Dentro de ese panorama, las únicas aproximaciones a las vallas quedaron a cargo de Boca, que tuvo sus ocasiones en un remate de larga distancia de Gago que Barovero resolvió sin apremios, y casi en el final, un zurdazo de Chávez desde ángulo cerrado que también quedó en las manos del arquero de River.
Por el lado de River, Gutiérrez pareció entretenerse más en discutir con sus rivales, más allá de la lesión que sufrió en el hombro derecho al caer en un choque con un adversario.
En la segunda parte se acentuó ligeramente el dominio territorial de Boca, mientras que el equipo millonario se volcó decididamente por el contraataque, y por allí tuvo su mejor oportunidad con un taco de Gutiérrez que salió muy cerca del poste izquierdo, tras un centro del charrúa Sánchez.
El local se mostró impreciso y falto de ideas para vulnerar la sólida estructura defensiva de River, y sólo generó un poco de inquietud en algunos envíos aéreos, como un cabezazo del ‘Cata’ Díaz que llegó sin problemas a las manos de Barovero, y ya en tiempo de descuento, un frentazo de Gago que tapó el arquero, en lo que fue la situación más propicia de toda la noche.
En un partido deslucido y chato, con un juego muy por debajo de lo esperado, el superclásico se apagó sin emociones y sin goles, y mudó las esperanzas de unos y otros al desquite, con un pasaje a la final de la Copa que se resolverá en 90 minutos o, de persistir el cero, por la vía de los penales, en una definición con sabor a épica para el vencedor, y de drama para el derrotado.