El grupo islamista Boko Haram recurre a mujeres kamikazes que ocultan los explosivos debajo del velo islámico como nueva arma de terror en sus matanzas en el norte de Nigeria.
El domingo, en la localidad de Azare, en el estado de Bauchi (nordeste), una mujer entró en un mercado y se hizo estallar, matando a por lo menos 10 personas.
A más de 700 km de allí, en la ciudad de Konatogora, una mujer cometió días antes otro atentado suicida, y en julio hubo varios de este tipo en Kano que sembraron una psicosis.
“Normalmente el uso de mujeres kamikazes se corresponde con una fase de declive” del grupo extremista “y con problemas de reclutamiento”, afirma la especialista Elizabeth Pearson, del Nigerian Security Network (NSN).
“El uso de mujeres suele ser el último recurso (…) pero en este caso coincide con el mejor año de Boko Haram en términos de violencia y (número de) muertos”, declaró a la AFP.
Estos atentados suicidas, todos ellos cometidos fuera de los tres estados del nordeste donde el movimiento está más activo, hacen temer que el grupo active células durmientes en todo el país, afirmó Pearson.
Los kamikazes no dejaron mensaje alguno que permita decir si las mujeres actuaron movidas por una ideología fundamentalista, pero varios elementos parecen indicar que se vieron obligadas a ello.
Una niña con cinturón de explosivos
En Kano, según una fuente próxima a la investigación, las autoras de los atentados suicidas tenían entre 14 y 16 años y es muy probable que los explosivos fuesen detonados a distancia.
En Azare, según varios testigos, la kamikaze estaba acompañada por dos hombres que intentaron huir cuando ella saltó por los aires.
La detención en julio, en el estado de Katsina (norte), de una niña de diez años con un cinturón de explosivos hace pensar que Boko Haram las alista por la fuerza.
Ese mismo mes fueron detenidas tres mujeres que presuntamente se dedicaban al alistamiento y en agosto era arrestado un hombre sospechoso de entrenar a mujeres kamikazes.
Debido a la corta edad de las kamikazes de Kano, los medios de comunicación temen que puedan formar parte de las más de 200 estudiantes secuestradas por Boko Haram en Chibok, en el estado de Borno, en abril.
Un nigeriano que trabaja para una organización caritativa afirmó en septiembre, durante una audiencia ante la cámara de representantes de Estados Unidos, que una de las rehenes estaba implicada en los atentados de Kano.
Pero la policía de Kano y autoridades de Chibok negaron que exista vínculo alguno entre estas estudiantes y los kamikazes.
Un arma usada en otros países
Los atentados suicidas, un arma utilizada por algunos grupos como Al Qaida en países del Golfo y Oriente Medio, suelen ser obra de hombres, aunque ya ha habido mujeres kamikazes entre la organización de los tigres tamiles en Sri Lanka, los separatistas kurdos del PKK en Turquía o los chechenos.
Según numerosos investigadores, estas mujeres suelen cometer los atentados por motivos personales, para vengar la muerte de un marido, un hermano o un padre.
Es el caso de las “viudas negras”, que representan un tercio de los kamikazes chechenos, explica el antropólogo Scott Atran.
En Sri Lanka, los Tigres Tamiles utilizaban mujeres porque son más fáciles de infiltrar, añadió Atran, que cita como ejemplo el asesinato en 1991 del ex primer ministro indio Rajiv Gandhi.