Los países occidentales presionaron al presidente ruso, Vladimir Putin, por la crisis de Ucrania en un G20 celebrado este fin de semana en la ciudad australiana de Brisbane, que ha decidido tomar medidas para reactivar la economía y el empleo.

Los países de las economías más avanzadas del planeta también han dado un impulso importante a la lucha contra el cambio climático y se han comprometido a “erradicar” el virus del Ébola.

Sin embargo, la crisis en Ucrania ha acaparado buena parte de las conversaciones entre bambalinas de las economías occidentales, en particular Estados Unidos, la Unión Europea, y la anfitriona, Australia.

“Yo pienso que lo bueno durante este G20 ha sido el mensaje muy claro que los países de la Unión Europea y Estados Unidos transmitieron a Rusia”, dijo el primer ministro británico, David Cameron al término de la cumbre, mientras que el presidente estadounidense, Barack Obama, advirtió a Putin que su país corre el riesgo de quedarse aislado si no cambia su posición. Además de ser castigado con más sanciones.

“Putin estuvo poco activo en los debates”, dijo el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, partidario como el resto de sus socios occidentales de “preservar la integridad” de una Ucrania amenazada por el conflicto separatista del este del país apoyado por Moscú, que en marzo se anexionó Crimea.

El líder ruso no esperó a que terminara la reunión para regresar a su país.

La próxima cita del G20 será en Turquía y China se ha ofrecido para albergar la de 2016.