Hoy en día, tantos los cuartos medios como los octavos básicos realizan una fiesta de graduación, con las diferencias correspondientes a la edad de los participantes. Organizar estas celebraciones puede ser un dolor de cabeza para muchos papás, que se suma a un final de año tradicionalmente recargado no solo por la coordinación y los preparativos que significa, sino también por el costo asociado.

La docente de la carrera de Dirección y Producción de Eventos de la Universidad del Pacífico, Isabel Reyes, señala que en el caso de las fiestas de 8º, donde los escolares se despiden de la educación básica, se debe partir por buscar un lugar que permita que los adolescentes puedan pasar una noche entretenida hasta aproximadamente las 2 AM.

“Es importante considerar un salón adicional para los papás, ya que en prácticamente todos los recintos exigen que haya papás a cargo, supervisándolos”, precisa.

Pero, ¿qué es lo que está de moda en estas fiestas? “En este tipo de fiestas se prohíbe el alcohol, siendo protagonistas las cascadas de chocolate, el karaoke y los jugos y bebidas con decoraciones tropicales. Algunos más sofisticados consideran cotillón, artistas en vivo y todo lo que la cuota de curso o de los apoderados considere”, explica Reyes.

En el caso de las fiestas de graduación de 4º medio, la cosa cambia. “Algunos colegios consideran a los papás en el comienzo, para un aperitivo o bien un baile, y luego parte la fiesta exclusivamente para los jóvenes. Aquí sí se considera alcohol, ya que gran parte ya tiene los 18 años. Sin embargo, hay que cuidar la cantidad de alcohol a considerar y la variedad. Muchos a esa edad toman solo algunas bebidas, por lo que no vale la pena tener un bar abierto con tantas alternativas”, dice Reyes.

Respecto de la fiesta en sí, ésta es más formal que la de octavo básico y contempla una comida. “Lo más importante es contar con un buen DJ para bailar hasta el amanecer. El cotillón también puede ser considerado”, recomienda la especialista en eventos.

Lo que sí se ha estilado desde siempre, es ir a tomar desayuno después de la celebración. “Antes era al Aeropuerto, hoy a otros lugares como el Mercado Central. Es buena idea considerar algún bus que lleve a estos grupos de exalumnos para evitar el manejo irresponsable”, concluye la académico de la carrera de Dirección y Producción de Eventos de la U. del Pacífico.

Costos

Para reducir los costos de estas celebraciones, Isabel Reyes plantea cuatro consejos que pueden ayudar a organizar una buena fiesta de graduación, sin que la familia quede en bancarrota.

- Modificar el dress code o código de vestuario. Es decir, simplificar la formalidad del vestuario, ya que los vestidos de gala y los ternos implican un costo no menor.

- Analizar alternativas para la locación y la comida, que generalmente representan los valores más altos en este tipo de eventos. Se puede ver la posibilidad de hacer la fiesta en el gimnasio o algún salón del colegio y pedir a la concesionaria del Casino, si es que lo tienen, que proponga un menú más sencillo, lo que no tiene por qué ser menos sabroso.

- Gestionar colaboraciones de marcas que puedan estar presentes, como por ejemplo: Apoyar con un hot-dog de trasnoche con una determinada fuente de soda; o una marca de alimentos para la sopa reponedora de madrugada; u otros que puedan considerar el postre o café.

- Utilizar equipos musicales y de amplificación del colegio. Si el colegio los facilita, los alumnos en conjunto pueden generar una playlist para que todos incluyan sus hits y así, se puede ahorrar el costo de considerar un DJ. Incluso pueden ocuparse aplicaciones en los smartphones que permiten generar listas compartidas de canciones, como Spotify.

En resumen, no hay excusas para dejar de celebrar, sólo hay que buscar ideas, gestionarlas y saber llevarlas a cabo.