Fernando Barros: Los nuevos muros

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No se puede dejar de dedicar este comentario a la conmemoración de la derrota del mayor de los totalitarismos, que se manifiesta en la caída del Muro de Berlín, evento que si bien la izquierda ha querido minimizar, marcó el cambio de rumbo de nuestra sociedad, el reencuentro de los pueblos y el triunfo de la sociedad libre.

El Muro de Berlín, al igual que la Cortina de Hierro, constituyeron no un accidente, sino que representan la esencia del socialismo marxista y el reconocimiento inequívoco de su desprecio por los valores democráticos, el sometimiento de la persona humana, la supresión de sus libertades y la imposición de la visión única del estado por sobre el hombre, su familia y espíritu de superación.

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No se puede dejar de dedicar este comentario a la conmemoración de la derrota del mayor de los totalitarismos, que se manifiesta en la caída del Muro de Berlín, evento que si bien la izquierda ha querido minimizar, marcó el cambio de rumbo de nuestra sociedad, el reencuentro de los pueblos y el triunfo de la sociedad libre.

El Muro de Berlín, al igual que la Cortina de Hierro, constituyeron no un accidente, sino que representan la esencia del socialismo marxista y el reconocimiento inequívoco de su desprecio por los valores democráticos, el sometimiento de la persona humana, la supresión de sus libertades y la imposición de la visión única del estado por sobre el hombre, su familia y espíritu de superación.

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