Después de la llegada de importantes refuerzos de armas a Donetsk, bastión de los separatistas prorrusos, la Unión Europea instó a Moscú a retirar sus tropas de Ucrania y a impedir el envío de refuerzos a las zonas rebeldes. Estados Unidos también manifestó su preocupación.

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, consideró “muy preocupantes” las noticias sobre la presencia de convoyes militares en el este de Ucrania “con un importante número de armas pesadas, carros de combate y tropas sin insignias”, denunciada la víspera por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).

“Insto a Rusia a asumir plenamente su responsabilidad al respecto, incluso impidiendo cualquier movimiento de soldados, armas o combatientes procedentes de su territorio hacia Ucrania y retirando de Ucrania todas las tropas, armas y equipamientos bajo su control”, añadió.

Tras el informe la víspera de la OSCE, periodistas de la AFP vieron a primeras horas de la tarde un convoy en Makiivka que se dirigía a Donetsk con unos 20 camiones militares sin matrícula, 14 de los cuales arrastraban cañones.

Un habitante indicó también a la AFP haber visto pasar hacia las 09:00 horas (03:00 en Chile) siete cañones autopropulsados rumbo a la zona del aeropuerto, uno de los principales puntos de combate entre el ejército ucraniano y los separatistas desde hace meses, y hacia Yasynuvata, importante cruce ferroviario cercano a Donetsk.

EEUU “muy preocupado”

Por su parte, Estados Unidos expresó su gran preocupación por estos informes y advirtió que cualquier esfuerzo de los separatistas por controlar más territorio sería una “flagrante violación” del acuerdo de cese el fuego.

“Estamos muy preocupados por los combates intensificados en el este de Ucrania, así como los numerosos informes (…) de que los separatistas apoyados por Rusia están desplazando largos convoys de armamento pesado y tanques a las primeras líneas del conflicto”, dijo la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Bernadette Meehan, en un comunicado.

“Continuamos llamando a todas las partes a cumplir estrictamente al cese el fuego. Cualquier intento de las fuerzas separatistas de apoderarse de territorio adicional en el este de Ucrania sería una flagrante violación de los acuerdos de Minsk”, agregó.

Los observadores de la OSCE, presentes en Ucrania para supervisar la aplicación del alto el fuego firmado el 5 de septiembre entre Kiev y los separatistas, evocaron el sábado por la noche la presencia de “más de 40 tanques y camiones” circulando en una autovía en la periferia este de Makiivka.

Entre ellos, había 19 camiones militares de la marca rusa Kamaz, sin placa de matriculación, que transportaban cañones de 122 mm y personal en uniforme verde oscuro sin insignias. Iban acompañados por seis camiones cisterna.

Los observadores también vieron “un convoy de nueve tanques -4 T72 y 5 T64-”, que se desplazaba al suroeste de Donetsk.

“La OSCE no indicó la pertenencia de esos equipos y tropas, pero los militares ucranianos no tienen ninguna duda al respecto”, declaró el domingo el portavoz militar Andri Lysenko, en una clara alusión a Rusia.

Lysenko dijo, además, que temía “provocaciones” destinadas a “crear un pretexto para la introducción en el Donbass de las supuestas fuerzas de mantenimiento de paz rusas”.

Una semana después de las elecciones separatistas organizadas en los territorios controlados por los rebeldes, continúan las hostilidades en este conflicto que ha costado la vida a unas 4.000 personas en casi siete meses, según Naciones Unidas.

Kiev informó de varios disparos contra posiciones del ejército en el este del país, que costaron la vida el domingo a un civil y a dos policías ucranianos.

La representante estadounidense instó a Moscú a honrar los compromisos contenidos en el acuerdo de paz firmado en diciembre entre Kiev y los separatistas, incluido el fin de los suministros militares a los separatistas y la retirada de todas sus tropas y armas de Ucrania.

“Rusia debe permitir la restauración de la soberanía ucraniana en el lado ucraniano de la frontera internacional, monitorizado por la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa), y facilitar la liberación de todos los rehenes”, dijo.

“Continuamos haciendo hincapié en que la adhesión al marco de trabajo acordado en Minsk es la mejor oportunidad de lograr una solución pacífica al conflicto en el este de Ucrania”.

“Nueva Guerra Fría”

La crisis ucraniana, desencadenada hace casi un año por un movimiento de protesta proeuropeo reprimido violentamente y que provocó la caída del entonces presidente de Ucrania, el prorruso Viktor Yanukovich, ha causado la peor degradación de las relaciones entre Moscú y los países occidentales desde el fin de la Guerra Fría.

Desde la anexión de Crimea, en marzo pasado, Rusia se encuentra bajo fuertes sanciones económicas, agravadas después de la catástrofe aérea del vuelo MH17 con 298 personas a bordo en julio, derribado por un misil en el territorio controlado por los separatistas.

El último presidente de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, advirtió el sábado que el mundo estaba “al borde de una nueva Guerra Fría”.

“Vemos nuevos muros. En Ucrania, ellos [los países de la OTAN] quieren cavar un enorme foso”, declaró Gorbachov en Alemania, donde acudió a las celebraciones del 25º aniversario de la caída del Muro de Berlín.