El Gobierno chileno condenó y lamentó el golpe de estado ocurrido en Burkina Faso, luego que el presidente de ese país africano renunciara ante tras 27 años en el poder, presionado por multitudinarias protestas contra una reforma constitucional que podría haberle permitido perpetuarse en el cargo.

En un comunicado de prensa emitido por la cancillería, La Moneda “condenó y lamentó” lo sucedido en la nación africana y realizó un llamado “a todos los actores involucrados a evitar cualquier forma de violencia o represión que atente contra el pleno respeto de los derechos humanos y las libertades ciudadanas”.

En ese sentido, el gobierno chileno señaló que “espera que, para superar la actual crisis política que vive Burkina Faso, se establezca de manera inmediata un gobierno civil que sea capaz de organizar a la brevedad elecciones libres, democráticas y transparentes, para que dicho país pueda avanzar a una convivencia respetuosa y conducente al desarrollo”.

Recordemos que el presidente burkinés Blaise Compaoré se exilió en Costa de Marfil tras renunciar al poder. Mientras, el líder que encabeza la transición, el teniente coronel Isaac Zida, prometió que “entregará el poder a los civiles”.

El “rey” de la etnia mossi, Mogho Naba, declaró a la AFP que Zida, designado por el ejército como jefe interino del régimen luego de la caída del presidente, le había hecho esa promesa en una reunión el martes.

Zida reiteró así, pero en forma más clara, su promesa efectuada el lunes de una transición “en un marco constitucional”, “dirigida por una personalidad consensual”, en posible referencia al rey de los mossi.

Recordemos que Chile es además miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.