El jefe negociador de paz del gobierno colombiano, Humberto de la Calle, elogió este domingo que la guerrilla comunista de las FARC reconociera por primera vez que sus acciones armadas han afectado a la población civil.

“Este reconocimiento es un paso importante hacia la satisfacción plena de los derechos de las víctimas” del conflicto armado de medio siglo, dijo De la Calle sobre la declaración el jueves en que las FARC asumieron su responsabilidad.

“Por primera vez se comprometieron públicamente a hacerse responsables de todos y cada uno de sus actos de guerra, así como de sus derivaciones”, agregó el jefe negociador al cierre del trigésimo ciclo de pláticas de paz en La Habana, que se reanudarán el 18 de noviembre.

Lee también: FARC admite su responsabilidad frente a la población civil colombiana

En esta jornada, 12 víctimas del conflicto colombiano — entre ellos una periodista que fue secuestrada y violada por paramilitares, Jineth Bedoya — entregaron sus dramáticos testimonios a los delegados del gobierno y de las FARC en Cuba, a quienes exhortaron a alcanzar la paz.

Aunque elogió a las FARC por reconocer que afectaron a civiles, De la Calle fustigó a delegados de la guerrilla por insinuar que retendrían sus armas aunque se firme la paz.

“La premisa básica de todo este proceso es que una vez firmemos un acuerdo final, las FARC deberán iniciar el proceso de dejar de tener armas en su poder”, expresó De la Calle en un comunicado.

“Más allá de cuál sea el mecanismo que se escoja, los colombianos pueden estar seguros de que las FARC no mantendrán sus armas si se llega a un acuerdo. La dejación es un imperativo que debe conducir a que no haya una paz armada”, agregó.

De la Calle hizo estas declaraciones ante recientes comentarios de negociadores de las FARC, quienes han dicho que dejarán de emplear las armas como instrumento político, sin decir que las entregarán.

Por su parte, las FARC lamentaron que el gobierno no permitiera que viajara a Cuba el guerrillero preso Tulio Murillo en le delegación de 12 víctimas. Su testimonio — denunciando las precarias condiciones de vida en prisión — fue visto en video por los negociadores.

Hasta ahora y desde que iniciaron las negociaciones de paz hace dos años, las FARC y el gobierno han consensuado tres puntos de la agenda: reforma rural, participación política y drogas ilícitas.

Quedan pendientes la reparación a las víctimas (actualmente en discusión), el desarme y el mecanismo de refrendación de un eventual acuerdo de paz.