Drones volvieron a sobrevolar este sábado varias centrales nucleares francesas, poniendo en aprietos a las autoridades, que ignoran quiénes organizan estos vuelos y por qué razón.

Organizaciones ambientalistas pidieron el sábado a las autoridades que “salgan de su silencio” y “dejen de minimizar el riesgo repitiendo que estos vuelos no causan problema ninguno”.

El sábado, fuentes del sector indicaron a la AFP que cinco centrales nucleares francesas fueron sobrevoladas nuevamente el viernes al anochecer por drones, totalizando unos 15 misteriosos vuelos de este tipo en menos de un mes.

Se trata de las centrales de Penly y Flamanville, en Normandía, Saint-Laurent-des-Eaux y Dampierre-en-Burly, así como la de Fessenheim en Alsacia, la más vieja de las centrales atómicas francesas.

Según la organización ambientalista Greenpeace, los drones sobrevolaron seis centrales y no cinco, ya que también volaron sobre la central de Belleville-sur-Loire.

Interrogados por la AFP, el ministerio del Interior y el grupo energético EDF se negaron a comentar estas informaciones.

EDF (Electricidad de Francia), que tiene a su cargo las centrales francesas, y la gendarmería habían indicado el viernes que dos centrales nucleares francesas habían sido sobrevoladas nuevamente el jueves al anochecer por drones, sin amenazar la seguridad de las instalaciones.

“Los artefactos no fueron neutralizados porque no representaban una amenaza directa” para la seguridad de las instalaciones, explicó un portavoz de la gendarmería.

Tal como sucedió en los casos anteriores, la empresa tiene intenciones de presentar una demanda, afirmó por su parte EDF.

Siete centrales ya habían sido sobrevoladas por aviones sin piloto durante el mes de octubre, en incidentes “sin consecuencias”, según EDF.

Sin embargo, esto volvió a plantear la cuestión de la seguridad de las instalaciones vinculadas a la energía atómica.

El ministerio del Interior consideró el jueves que esos sobrevuelos, “todos detectados”, “no representan ningún peligro para la seguridad de las instalaciones sobrevoladas, que deben resistir a ondas sísmicas de fuerte magnitud o a choques de aviones de línea”.

En cambio, para Yannick Rousselet, de la organización ambientalista Greenpeace, “la magnitud de estas operaciones y los medios materiales que se usan son cada vez más preocupantes”.

“Ahora el ministerio del Interior tiene que salir de su silencio y dejar de minimizar el riesgo repitiendo que estos vuelos no causan problema ninguno”, agregó.

Por su parte, el colectivo Salir de la Energía Nuclear denunció una “actitud de denegación” de las autoridades que calificó de “irresponsable”.

“El choque de un dron podría constituir una amenaza para la seguridad” de las centrales, agregó.

Francia, segundo productor mundial de electricidad de origen nuclear, posee 19 centrales que totalizan 58 reactores.

El mes pasado, los diputados franceses aprobaron la reducción de 75% a 50% de la parte de la energía nuclear en la producción de electricidad del país en 2025, cumpliendo así con una promesa del presidente François Hollande.

La reducción prevista ha sido criticada por la oposición de derecha, que estima que se trata de una decisión “ideológica”, resultado de un “compromiso político” entre Hollande y los ecologistas.