Con gritos de “fuera Dilma” y “fuera PT”, unos 2.500 manifestantes marcharon este sábado en Sao Paulo para pedir la salida de la presidenta Dilma Rousseff del poder, reelegida el domingo pasado para un segundo mandato.

La columna de manifestantes llevaba enormes carteles que cuestionaban la transparencia de estas elecciones, criticaban las políticas del gobierno y acusaban de “corrupto” y “ladrón” al gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, antecesor de Rousseff.

“Estamos pidiendo el ‘impeachment’ de Dilma, estamos aquí para mostrar nuestro rechazo al PT”, declaró a la AFP la profesora Maria Lucia Monteiro, de 61 años.

“Queremos que se vayan, que salgan del poder”, insistió mientras marchaba.

La manifestación se convocó para la tarde del sábado por las redes sociales y reunió a unas 2.500 personas, según la policía militar.

La protesta partió desde el museo MASP de Sao Paulo, en plena Avenida Paulista, una de las emblemáticas vías de la capital. Custodiados por un fuerte contingente policial, los manifestantes marcharon unos 5 kms hasta el Parque Ibirapuera, en el centro sur de la ciudad.

“Dilma endeudó al país y llevó la economía a la recesión. Por eso estoy aquí”, señaló el economista de 31 años Marlon Laube, que marchaba junto a un grupo de amigos.

“Y porque además tengo la certeza de que hubo fraude en estas elecciones. Yo nunca salí a la calle a protestar, pero ahora sí lo hago”, afirmó.

Algunos de los manifestantes llevaban carteles con el nombre de Aecio Neves, el socialdemócrata que cayó en el balotaje del domingo pasado ante Rousseff. Su partido, el PSDB, realizó esta semana un pedido de auditoría ante el Tribunal Superior Electoral para evaluar la “rectitud” del proceso.

Con un enérgico discurso contra la corrupción, Neves quería representar en estas elecciones la imagen del cambio tras los 12 años de poder del PT.

En Sao Paulo, la ciudad más rica y más poblada de Brasil, Neves tuvo más de 60% de votos en la segunda vuelta.

Los manifestantes también llevaban banderas brasileñas, gritaban consignas contra Cuba y agitaban carteles “contra el comunismo” y los casos de corrupción en la petrolera estatal Petrobras. Otros incluso pedían una “intervención militar ahora”.

“No es lo mismo que un golpe de estado. Con una intervención, los militares pondrían orden”, planteó Carlos Cabala, un empresario de 50 años que llevaba uno de esos letreros.

A mediados del año pasado Brasil fue sacudido por históricas protestas callejeras, en las que un millón de manifestantes se movilizaron contra la corrupción de la clase política, la mala calidad de los servicios públicos y los enormes gastos en la organización del Mundial de Fútbol 2014.

Las movilizaciones derrumbaron la popularidad de la presidenta izquierdista, que este año se enfrentó con Neves en las más reñidas elecciones de la historia reciente de Brasil.

Este sábado, los manifestantes también agradecían y aplaudían a los policías militares, constató la AFP.

Guiados por un camión con altoparlantes donde sonaba el himno brasileño, los manifestantes gritaban a su vez que esta protesta “es sólo el comienzo”.

“Es el comienzo de una revolución, de la indignación contra un partido que tiene ya 12 años en el poder”, señaló el administrador de 32 años Glauber Oliveira.