El conflicto entre Kiev y los rebeldes prorrusos del este de Ucrania causó la muerte de 4.035 personas en más de seis meses, 300 de las cuales fallecieron en los últimos diez días, indicó la ONU.

La anterior estimación de la ONU, difundida el 21 de octubre, indicaba que habían muerto 3.724 personas, incluyendo las 298 que fallecieron al caer derribado por un cohete un avión de Malaysia Airlines en una zona controlada por separatistas prorrusos.

Más de 930.000 personas huyeron de sus hogares en las regiones de Donetsk y Lugansk. Unos 442.000 son desplazados dentro de Ucrania y unos 488.000 se refugiaron en países vecinos, principalmente Rusia, agregó la ONU en un informe.

El cese de hostilidades acordado entre Kiev y los insurgentes de Donetsk y Lugansk el pasado 5 de septiembre ha logrado reducir la violencia, pero no detenerla.

Con la endeble tregua aún en pie, los separatistas prorrusos celebrarán el domingo sus propias elecciones en los territorios que controlan en el este de Ucrania. Kiev y los países occidentales se oponen a dichos comicios, aunque Rusia ha dicho que reconocerá los resultados.

En su informe, la ONU estima que estas elecciones “constituyen un freno a las negociaciones de paz y tendrán un impacto negativo sobre la situación humanitaria en las zonas afectadas por el conflicto”.

La organización también critica la decisión “unilateral” de Rusia de enviar un nuevo convoy humanitario, que podría “exacerbar la situación en el este de Ucrania, la cual ya es peligrosa”.

El envío de ayuda humanitaria rusa es una fuente de tensión suplementaria entre Kiev y Moscú desde el envío del primer convoy, en agosto, que Ucrania consideró como una “intervención” de Rusia en el conflicto.