Estimados amigos de BioBioChile: gracias por el interés en conocer la historia de Hilachitas.
Adopté a Hilachitas en marzo de 2013. Vi su caso publicado en Facebook y, dentro de todos los que veo diariamente, este me llamó más la atención porque era en Talcahuano, ciudad donde viví gran parte de mi vida hasta el terremoto de 2010.
De acuerdo a la publicación, esta gatita había sido mordida por un perro y estuvo varios días botada en una cancha de arena del sector Salinas hasta que una joven la llevó a su casa, pero no tenía los medios para costear un veterinario. Es ahí cuando otra persona la va a buscar para brindarle atención médica.
Luego publicaron que no había sido necesario la amputación de una patita, pero quedaría discapacitada de por vida, por lo que el veterinario sugirió que si no encontraban adoptantes, lo mejor era hacerla dormir porque requeriría de muchos cuidados. Hasta ese momento nadie podía hacerse cargo de ella por diversas razones.
Es ahí cuando decidí adoptarla. Fue amor a primera vista. Empecé a contactarme con las personas que habían publicado el caso para que supieran que yo la quería y no fueran a tomar la decisión de hacerla dormir.
Conversé con mi mamá, quien estuvo de acuerdo en recibirla, y coordiné viajar a buscarla a Concepción a fines de marzo de 2013. Cuando la recibí era muy pequeña. En las fotos de la publicación se veía más grandecita. La llevamos a varios veterinarios buscando una opinión de su estado de salud, entre ellos, la doctora Lina Sanz, destacada especialista en medicina felina.
Hilachitas no controla esfínter, arrastra sus patitas traseras, hay que ayudarla a masajear su guatita, usa pañales, debe comer alimento especial Urinary. Además cada cierto tiempo presenta infección urinaria por lo que hay que internarla un par de días.
Pero en cuanto a su vida diaria, ella es juguetona. Ha desarrollado otras capacidades como la velocidad para correr y trepar, convive perfectamente con las demás gatas que hay en la casa. Es muy regalona, un amor de gata, agradecida, tierna y muy cariñosa, a pesar de todo lo que le ha ocurrido es muy valiente.
En noviembre del año pasado tuvo una infección por lo que se le extirpó útero y ovarios. En marzo de este año fue sometida a una nueva cirugía para extraerle una piedra grande de su vejiga.
Su nombre, Hilachitas, es por sus frágiles patitas traseras y se le ocurrió a la persona que la llevó al veterinario. Decidimos dejarla con ese nombre ya que entendía por Hilachitas.
Creo que por algo este pequeño ser apareció en mi vida. No todas las personas están dispuestas a hacerse cargo de un animalito en estas condiciones, considerando la dedicación y el costo económico, pero ella es una bendición. Al principio siempre se reciben críticas. Todo el mundo quiere animales sanos, ¿por qué no darle una oportunidad a un animalito especial, discapacitado?
A pesar de todo lo que ha tenido que vivir, ella es muy feliz y lo demuestra con el inmenso cariño que entrega. Actualmente vive en nuestro hogar en Viña del Mar y le encanta disfrutar de los días soleados.
Ojalá esta historia toque el corazón de muchas personas.
Muchas gracias por el interés
Atentamente,
Lidia Vergara S. M.