Así como las mujeres pueden apoyarse incondicionalmente las unas a las otras, también pueden llegar a ser realmente despiadadas entre ellas.
Al respecto, las psicólogas inglesas Susie Orbach y Luise Eichenbaum, autoras del libro “Agridulce: El amor, la envidia y la competencia en la amistad entre mujeres” (editorial Grijalbo), plantean que si bien las mujeres “confían las unas en las otras con una ingenuidad y una tranquilidad que suele dejar pasmados a los hombres”, al mismo tiempo sus relaciones, pueden ser muy complejas.
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“Es posible encontrar un sinfín de embrollos emocionales, de efectos devastadores para las relaciones de unas mujeres con otras”, indican, añadiendo que esto principalmente responde a la forma en que fueron educadas y a lo que la sociedad espera de ellas.
En esta misma línea, la reconocida bloggera estadounidense Lexi Herrick, escribió una columna en el diario electrónico Huffington Post, donde invita a las mujeres a cambiar algunos paradigmas sociales y dejar de hacerse ciertas cosas las unas a las otras. Pon atención.
1. Criticar la promiscuidad. Deja que las mujeres tomen sus propias decisiones y deja de creerte con derecho a expresar libremente tu desaprobación. Quédate con este eslogan: Si no es tu vagina, no es tu problema.
2. Hacer comentarios sobre el cuerpo de otras mujeres. Todos los comentarios van directamente al corazón y son realmente innecesarios.
3. Decir: “Oh, Dios mío, qué delgada estás” es tan denigrante como comentar lo que ha engordado una chica. Simplemente, no lo hagas. De verdad.
4. Ir detrás del chico de alguien siendo consciente de ello. Muestra por las relaciones de los demás el mismo respeto que te gustaría que mostraran por la tuya.
5. Ponerse celosa por los cumplidos que reciben otras chicas. Alégrate por las demás mujeres y por los éxitos que han conseguido.
6. Decir piropos a medias. “¡Qué bien te queda así el pelo! Incluso te quedaría mejor un poco más corto”. Uhm… Gracias, supongo.
7. Echar la culpa a la otra cuando un hombre engaña a su mujer. Para empezar, la chica quizás ni siquiera sabía de la existencia de esa relación. ¿Por qué hay tantas mujeres que odian a la otra y aún así siguen con el hombre? Fue él quien dijo que te quería, fue con él con quien te comprometiste y fue él quien te traicionó. Deja de buscar venganza con esa mujer y haz frente a la realidad de la situación.
8. Difundir rumores.
9. Evitar una conversación real con una mujer con la que estás mal. ¿Por qué a veces sentimos la necesidad de contarle a todo el mundo (excepto a esa persona) por qué estamos enojadas con alguien? Ve directo al origen, y soluciónalo como adultas.
10. Prometer mantener el secreto y luego contárselo a unas cuantas. Si una amiga te dice algo en confianza y te pide discreción, muéstrale el respeto que se merece.
11. Competir entre nosotras. En este mundo, todas somos del mismo equipo y cuando empezamos a luchar entre nosotras, lo único que conseguimos es dividirnos.
12. Comparar nuestro cuerpo. Analizar a otra mujer y compararla contigo es dañino. Quiérete por quien eres y no pienses que necesitas parecerte a otra persona.
13. Criticar la personalidad de otra persona. Cuando una chica es habladora, no digas que es pesada. Cuando una chica es más tranquila, no digas que es quedada.
14. Ser falsa. Si tienes un problema con otra mujer, limítate a no relacionarte con ella. No finjas ser su amiga sólo para reírte con otras compañeras de lo mal que te cae.
15. Sentirse molesta con personas que son importantes para tus amigas. Sé que no resulta agradable que una de tus amigas empiece una relación y deje de pasar tiempo contigo. Sin embargo, lo único que consigues con odiar a la otra persona es crear distancia entre tu amiga y tú.
16. Ser enemigas por ninguna razón. Si alguien te pregunta por qué te cae mal una chica y, literalmente, no tienes respuestas, deberías replanteártelo.
17. Utilizar los fallos de otras personas para que los tuyos no parezcan tan graves. No eches por tierra las decisiones de otra chica con el fin de darte más confianza a ti misma.
18. Tuitear sobre otra chica o hacer algún tipo de publicación indirecta en las redes. La escuela ya pasó. Somos demasiado mayores para estas tonteras.
Ama y sé amada por otras mujeres, porque cuando trabajamos juntas, tenemos muchísima fuerza.
¿Por qué las mujeres compiten entre sí?
La psicóloga Martha Lilia Mancilla, investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó al portal de bienestar Salud180, que las mujeres suelen ser muy competitivas entre sí, porque en las sociedades patriarcales las féminas están limitadas a ciertos roles como la maternidad o el hogar, lo que restringe “su acceso a la toma de decisiones”.
Además, se les insta a verse siempre jóvenes, hermosas, femeninas y calmadas, lo que pese a que los tiempos están cambiando, es un pensamiento aún muy presente e internalizado.
Por eso, cuando las mujeres notan que una de ellas “rompe este molde”, la cuestionan.
Mancilla, además, explica que hay 4 razones por las que las mujeres critican severamente a las otras:
1. Por envidia: Según la psicóloga, “estamos muy acostumbradas a observarnos entre nosotras y por eso detectamos de inmediato a quienes son distintas, lo cual por lo general expresamos con comentarios negativos y sentimientos de envidia”.
2. Porque están atrapadas en un discurso patriarcal: Que nos hace competir, compararnos y hasta agredirnos entre nosotras.
3. Porque tienen un pensamiento machista. Interiorizamos la idea de que nuestro fin único y máximo es reproducirnos. “Hay muchas mujeres que tienen un pensamiento machista porque falta educación en el hogar y la escuela. Por eso vivimos pendientes de que ninguna se salga de la raya y atacamos con críticas y calificativos horrendos a aquéllas que lo hacen”, dice la experta.
4. Porque se sienten desplazadas. Las mujeres que no se apegan a los convencionalismos, suelen sobresalir y sin querer hacer que otras se sientan desplazadas o menos valiosas.
Como consejo final, la experta recomienda que “siempre que sintamos malestar por la conducta de otras, o la necesidad de hablar de ellas, criticarlas o ver en qué se equivocan, debemos transportar ese concepto hacia nosotras mismas, ya que por lo general detrás de algo que criticamos hay una proyección de lo que no nos gusta de nuestra persona”.