Estados Unidos ganó su primer título de campeón del mundo femenino de vóleibol al derrotar a China por 3-1 (27-25, 25-20, 16-25, 26-24), en Milán (Italia).

Las estadounidenses habían ganado dos veces la medalla de plata, en 1967 y en 2002. Así, las norteamericanas obtienen el primer título importante de su historia, ya que nunca fueron campeonas olímpicas.

Las norteamericanas dieron la sorpresa al derrotar en semifinales a Brasil, primera del ránking mundial, que se llevó la medalla de bronce al ganar a Italia por 3-2 (25-15, 25-13, 22-25, 22-25, 15-7).

Estados Unidos puede dar las gracias a Karch Kiraly, doble campeón olímpico (1984, 1988) y designado mejor jugador de la historia por la Federación Internacional (FIVB), que les condujo a este primer título dos años después de haberse hecho con el puesto de seleccionador.

China, campeona del mundo en 1982 y en 1986, terminó en el podio por primera vez desde 1998 (segunda). Las chinas lucharon pero pagaron su juventud e inexperiencia.

Las brasileñas, oro olímpico en las dos últimas ediciones, pero que no han sido nunca campeonas del mundo, se consuelan con esta medalla obtenida al día siguiente de su derrota sorpresiva en semifinales frente a Estados Unidos (3-0).

Fue, sin embargo la actuación menos buena en el Mundial de las brasileñas, triples subcampeonas del mundo (1994, 2006 y 2010), desde su séptima plaza en 2002.

En casa, ante más de 12.500 espectadores entregados a su causa, las italianas, campeonas del mundo en 2002, llegaron a empatar a dos sets tras ir perdiendo por 2-0. Pero frente a Brasil, número uno mundial, cedieron en la manga decisiva.