El líder norcoreano, Kim Jong-Un, no participó en los actos de un importante aniversario político este viernes, prolongando una ausencia de la vida pública que dura ya más de un mes y que ha disparado los rumores sobre su salud.

La agencia estatal KCNA no citó a Kim entre las personalidades del régimen que peregrinaron, como cada año, al mausoleo de Pyongyang donde descansan los restos de su padre y su abuelo, sus predecesores al frente del país.

Sin embargo, su nombre aparecía en sendos tributos florales colocados ante las estatuas de Kim Jong-Il y Kim Il-Sung en el mausoleo del palacio Kumsusan, con motivo del 69º aniversario de la fundación del partido gobernante.

Entre los asistentes a la ceremonia, en la que Kim participó los dos últimos años, estaba el hombre considerado como su número dos, Hwang Pyong-So.

Kim, que podría tener 30 o 31 años, lleva sin ser visto en público desde el 3 de septiembre, cuando asistió a un concierto de música con su mujer en Pyongyang.

Hay todo tipo de rumores sobre su ausencia, que van desde un descanso prolongado a un golpe de Estado, pasando por una posible enfermedad o achaques como un tobillo roto, la gota o la diabetes.

Corea del Sur, no obstante, dijo que no hay indicios de que Kim Jong-un haya dejado de estar al frente del régimen comunista.

“Hay informaciones continuas sobre el liderazgo de Kim Jong-un” en la prensa norcoreana, dijo el portavoz del ministerio surcoreano de la Unificación, Lim Byeong-Chul.

“A juzgar por esas informaciones, parece que Kim Jong-Un sigue ejerciendo el poder con normalidad”, añadió el portavoz, precisando que su gobierno no tiene información de inteligencia sobre la salud del joven líder.

En un editorial publicado este viernes, el órgano de comunicación del gobierno norcoreano, el Rodong Sinmun, presentó Kim como el símbolo de “la dignidad y la invencibilidad” del partido gobernante.

La hipótesis más plausible es que tenga un problema de salud, que lo haya dejado temporalmente incapacitado.

Kim, que fuma mucho, ha ganado peso desde que llegó al poder a fines de 2011, justo tras la muerte de su padre Kim Jong-il. En las últimas imágenes de televisión se le ve cojeando.

“A mi parecer ha tenido un problema grave de salud, pero no especialmente grave”, dijo Chung Young-Chul, profesor de estudios norcoreanos en la Universidad Sogang de Seúl.

“Seguramente no quiere hacerse ver estando enfermo, y con un aspecto débil (…) El hecho de parecer debilitado no es bueno para un líder norcoreano que trata de mantener el control”, dijo Bruce Bennett, analista de temas de defensa del think-tank RAND Corporation.

La semana pasada, una delegación norcoreana de alto nivel hizo una visita a Corea del Sur, y uno de sus integrantes dijo que Kim no tenía ningún problema de salud.

Algunos especularon con que la presencia del número dos del régimen en esa delegación apuntara a un apartamiento de Kim Jong-Un del poder.

La ausencia de Kim llama la atención, tratándose de un dirigente que ha mantenido una presencia mediática fuerte desde su llegada al poder.

Disparos de artilería en frontera entre Coreas

En la frontera terrestre entre las dos Coreas se presentó un tiroteo este viernes después de que activistas surcoreanos soltaran octavillas hostiles a Pyongyang, anunció el ejército surcoreano.

“Hubo un tiroteo”, afirmó un oficial del Estado Mayor, sin entrar en detalles. Por el momento se desconoce si hay víctimas.

Decenas de activistas surcoreanos soltaron este viernes por la mañana unos 200.000 panfletos en la frontera sirviéndose de una decena de globos, con motivo del 69º aniversario de la creación del partido único en el poder en Corea del Norte.

Según los medios de comunicación surcoreanos, que citan fuentes militares, los guardias fronterizos norcoreanos han abierto fuego contra los globos, y los proyectiles han aterrizado del lado sur de la frontera. El ejército surcoreano ha disparado en represalia, añade.

Muchos de estos activistas, que llevan años lanzando octavillas, son norcoreanos que han huido del país.

En los momentos de fuerte tensión entre las dos Coreas, Seúl ha tomado medidas para impedir el lanzamiento de panfletos. Pero este viernes el gobierno lo ha autorizado a pesar de que Pyongyang había advertido de que tendría consecuencias “catastróficas”.