El contralor Ramiro Mendoza afirmó que no pedirá disculpas, tras la controversia generada por las críticas que realizó a las reformas del Gobierno, durante un seminario la semana pasada.

Recordemos que entre otras cosas, el contralor general de la República expresó en dicha oportunidad qe “hay cosas muy inapropiadas o muy estúpidas en lo que está pasando en el último tiempo”, respecto a los proyectos que ha impulsado el Ejecutivo.

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Esto causó polémica entre las autoridades del Gobierno, desde donde el vocero Álvaro Elizalde sostuvo que no corresponde que el contralor realice este tipo de declaraciones.

Ahora por primera el contralor habló del tema, ya que anteriormente sólo había emitido una declaración pública, en la cual había acusado que se descontextualizaron sus palabras.

En esta oportunidad, Mendoza manifestó que “no tengo por qué ofrecer disculpas, yo creo que expliqué adecuadamente lo que pasó. Las disculpas son un correlato de arrepentimiento, y yo no estoy arrepentido por lo que dije en un contexto académico”.

“Entonces, yo creo que lo propio es que las personas que tienen la capacidad de entender esa diferencia y ese análisis crítico, puedan entender las explicaciones, pero de ahí a hacer un paso respecto a la desinformación y a la descontextualización, como una carga valórica que me imponga hacer una expresión de disculpas, me parece que es un exceso”, añadió, según informó Emol.

De igual forma, la autoridad aseguró que “lo que yo hice, y lo que vengo diciendo hace tiempo, y ustedes pueden testimoniarlo a través de mis cuentas públicas, es advertir el grave riesgo que tiene la generación del fenómeno de desconfianza en el funcionamiento del aparataje estatal”.

“Creo haber sido consistente, no con una crítica al Gobierno, sino que con un llamado de atención o una alerta profunda que debiésemos tener todos quienes estamos en lo público, de resguardar el funcionamiento institucional nuestro y de su aplicación concreta”, destacó.

No obstante, concluyó que “yo asumo los costos. Si hubo que tener una disposición de discusión respecto del ámbito de lo público o lo privado, de la crítica o no crítica, o del avance o no avance de las instituciones del Estado y eso es lo que generó esta polémica, creo que uno al final de cuentas es siempre esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios”.