Juan Manuel Parra, médico de urgencias que trató a la española infectada de ébola denunció, a través de un informe publicado por dos medios españoles, múltiples fallos: desde un traje con mangas demasiado cortas hasta falta de respuesta a las peticiones de traslado a un centro especializado.

“Las mangas me quedan cortas en todo momento” y una parte de las muñecas permanecía al descubierto, escribe el doctor de 41 años, que ayer en la noche fue puesto en observación.

En su informe, publicado por El Mundo y El País, explica cómo se ocupó durante casi 16 horas de la auxiliar de enfermería Teresa Romero, de 44 años, después que contrajera el virus tratando a un misionero español repatriado con ébola y que falleció el 25 de septiembre en Madrid.

Según Parra, cuando Romero llegó al amanecer al hospital de Alcorcón, la localidad al sur de Madrid en que vive, fue puesta en una habitación de aislamiento ya que informó inmediatamente que temía estar contaminada de ébola.

Relata que cuando él comenzó su servicio, hacia las 08:00 horas (03:00 hora de Chile), la mujer ya presentaba síntomas con erupciones cutáneas en el tronco y la ingle, dolores musculares y tos. Y agrega que sólo él y personal de enfermería entraron en la habitación con un “traje de primer nivel” de protección, que consistía en una bata impermeable, dos pares de guantes, un gorro y una mascarilla quirúrgica.

Con el paso de las horas, el estado de salud de Romero se deterioró brutalmente. Pero afirma que “aunque la primera muestra es positiva” se enteró por la prensa del resultado del test de ébola de la paciente. Luego, a las 17:00 horas se le informó oficialmente del resultado, por lo que se procedió “al empleo del 2º traje de mayor nivel facilitado por este hospital (las mangas me quedan cortas en todo momento)”.

Para ese entonces Teresa Romero ya presentaba “abundantes diarreas, vómitos, mialgias y comienza con fiebre de hasta 38″ grados, precisa. Y agrega que volvió a informar de la necesidad de un urgente traslado de la paciente al Hospital La Paz-Carlos III de Madrid, donde habían sido tratados los dos misioneros fallecidos por el virus en agosto y septiembre.

A las 19:00 horas se le informó por teléfono que la paciente va a ser trasladada pero, Parra denuncia que la ambulancia tardó desde esa hora hasta las doce de la noche.