Hasta las parejas más inteligentes cometen errores que los llevan a tener más de un problema en su relación. En este sentido, las escritoras estadounidenses Paula Szuchman y Jenny Anderson, decidieron plantear algunas de estas -a su juicio- equivocaciones y propusieron soluciones basadas en las normas de negocio.

Según ella, de esta forma puedes asignar eficientemente los recursos limitados, tales como el tiempo, el dinero, la cordura, e incluso el sexo.

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A continuación, te mostramos los errores comunes de las parejas que Szuchman y Anderson explicaron a la revista especializada en salud y relaciones Prevention.com

1. Dividir las tareas del hogar 50/50

Se considera la forma “más justa” para dividir las tareas del hogar, porque supuestamente procura que ninguno de los dos está sobrecargándose más que el otro. Sin embargo, muchas veces no es lo óptimo.

Las autoras dicen que es mejor utilizar un sistema similar a lo que los economistas llaman la “ventaja comparativa”, donde cada uno es responsable de lo que mejor hace. Por ejemplo uno puede manejar las cuentas, las compras, y el lavado de la ropa, mientras el otro barre, trapea y repara cosas. Según las escritoras, esto puede hacer que uno de los dos haga más cosas que el otro y viceversa, dependiendo de la semana.

La ventaja es que cada uno tendrá sus tareas claras -que son las que le acomodan más- por lo que es probable que se ocupe mejor y no hayan peleas porque uno olvidó hacer algo que le desagrada o no sabe hacer bien.

2. Esperar a tener ánimo para tener sexo

Las probabilidades de que estés de humor para tener sexo con el paso del tiempo no son las mismas que al comienzo de la relación, dicen las autoras. Tampoco se trata de obligarte, pero si te pones a esperar a que estés de buen ánimo, podrían pasar meses.

El economista George Loewenstein desarrolló una teoría llamada “hot-cold empathy gap” (brecha de empatía frío-caliente), la cual señala que hay dos seres en la relación: Uno frío, lúcido y racional que dice “voy a tener relaciones sexuales con mi pareja esta noche porque me encanta y voy a disfrutarlo porque es bueno para mi relación”. Y por otro lado está el impulsivo que sólo tiene sexo cuando anda de buenas.”He tenido un día tan malo, me siento hinchado/a, no quiero estar con mi pareja esta noche. De ninguna manera tendré sexo. Veré una serie y me iré a la cama”.

De este modo, cuando llega el momento, obviamente la persona no está de ánimo. Lo mejor es no pensar en “hoy no estoy de ánimo para el sexo” y simplemente hacerlo, verás como cambias de humor sin darte cuenta.

3. Asumir que una mala racha es el fin del mundo

Las autoras dicen que las relaciones van en ciclos: Hay altos y bajos, igual que en la economía.

Esto último no sólo es inevitable, también es saludable, porque te obliga a analizar la relación, no dar por sentado al otro y recuperar el enfoque en lo importante. Szuchman y Anderson, dicen que en lugar de creer que todo se terminó, es mejor abrazar los momentos difíciles y tomar prestado un concepto de la economía llamada “destrucción creativa”, que significa innovar en cara a la crisis, y pensar en una nueva solución a un problema.

4. Estar horas tratando de resolver un conflicto, incluso si toma toda la noche

Según ellas es una mala idea porque cuanto más tratamos de ganar una discusión, más cansados y resentidos nos ponemos. Es mejor olvidarse de eso de “nunca ir a dormir enojados”, dejar que las cosas se calmen, descansar y luego resolver el conflicto cuando ambos estén tranquilos y más abiertos de mente.

Esto se basa en un concepto económico llamado “aversión a la pérdida”, que en términos simples, significa que odiamos perder. Pero al reconocer cuánto detestamos perder, podemos tomar medidas para reducir al mínimo el daño que provocamos cuando queremos ganar a cualquier costo.

5. Tratar de leerle la mente o esperar que tu pareja lea la tuya

Algunas personas suelen asumir que su pareja debe saber cuando necesita un abrazo después de un mal día o que es obvio que tiene que lavar el auto porque está sucio. Sin embargo, la solución está en el principio económico llamado transparencia.

Dale a tu pareja la información que necesita, en lugar de esperar que adivine las cosas. La información es vital para mantener el funcionamiento de cualquier sistema.