Un tribunal chino condenó a muerte a dos jóvenes uigures, uno de ellos de 18 años de edad, y a un tercero a cadena perpetua, por el asesinato en julio del imán de la mezquita de Kashgar, segunda ciudad del Xinjiang, anunció este lunes la prensa.

Este veredicto, dado a conocer el domingo por el tribunal popular de Kashgar, en el extremo oeste de China, lleva a más de 25 el número de penas capitales pronunciadas en los últimos meses por actos de violencia vinculados al Xinjiang, inmensa región con predominancia musulmana y con una relativa tutela de Pekín.

Según el diario Global Times, Gheni Hesen -también identificado por su nombre sinizado, de Aini Aishan- y Nurmemet Abidilimit fueron condenados a muerte por el asesinato a golpes de hacha el 30 de julio de Jume Tahir, imán de la mezquita de Kashgar, de 74 años de edad, justo después de la plegaria matinal.

Gheni Hesen tiene 18 años, según el China Daily. Nurmemet Abidilimit también es un “adolescente”, según el diario, que no precisa su edad. El tercero, Atawulla Tursun, acusado de haberles facilitado las armas, fue condenado a cadena perpetua.

Otros dos agresores, Turghun Tursun y Memetjan Remutillan, fueron abatidos por la policía en el lugar del asesinato.

La decisión de matar al imán de la prestigiosa mezquita de Kashgar, la más grande de China, habría sido tomada por Gheni Hesen a causa del impacto que esto tendría. A su entender, según el China Daily, el imán “desvirtuaba” el Corán.

Designado por Pekín -que ejerce un estricto control sobre las prácticas religiosas-, el imán Tahir se expresaba voluntariamente en los medios de prensa estatales, y se mostraba muy crítico en cuanto a los actos de violencia cometidos por los uigures y a sus ideas separatistas.

Turcoparlantes y musulmanes, los uigures constituyen la primera etnia del Xinjiang, alcanzando a una decena de millones de personas.