El Consejo de Seguridad de la ONU, reunido en sesión extraordinaria presidida por el mandatario estadounidense Barack Obama, adoptó el miércoles una resolución unánime para frenar el flujo de yihadistas extranjeros a Siria e Irak y responder la amenaza que representan para sus países de origen.

La reunión del Consejo, celebrada al margen de la Asamblea General de la ONU, fue encabezada por Obama porque su país ejerce la presidencia rotativa del máximo órgano de la entidad y también participaron en ella otros jefes de Estado como el francés Francois Hollande.

La resolución impone a los países, bajo pena de sanciones, impedir a sus ciudadanos enrolarse en organizaciones extremistas como el grupo Estados Islámico (EI).

Al abrir la sesión, Obama rindió homenaje al rehén francés secuestrado y decapitado en Argelia y manifestó su solidaridad con Francia.

“Estamos junto a usted y el pueblo francés mientras lloran esta terrible pérdida y nos levantamos contra el terror en defensa de la libertad”, dijo Obama a Hollande.

El mandatario estadounidense recordó que, según los expertos, unos 12.000 combatientes extranjeros procedentes de más de 80 países se han sumado en los últimos años a organizaciones extremistas en Irak y Siria.

“Una resolución no bastará, las buenas intenciones no son suficientes. Es necesario que las palabras pronunciadas aquí sean seguidas de acciones concretas durante los próximos años”, afirmó.

La resolución fue propuesta por Estados Unidos, que se esfuerza en las últimas semana en formar una coalición internacional contra el EI.

Washington y sus aliados ejecutan desde el pasado 8 de agosto ataques aéreos contra posiciones del EI en Irak y, desde el lunes pasado, en Siria.