El croata Marin Cilic se quedó con el título del US Open tras vencer cómodamente en la final al japonés Kei Nishikori, en un triunfo que no sólo representó una alegría por quedarse con el trofeo.

Para Cilic, este título tiene una connotación especial, pues llega después de un calvario de cuatro meses el pasado año, cumpliendo sanción por un dopaje inadvertido al tomar un suplemento que contenía una sustancia prohibida.

“Fue duro. Un infierno esos meses. Veía montones de partidos por televisión y me preguntaba que hubiera hecho yo de estar ahí. Quería regresar al circuito”, manifestó.

Minutos después de su victoria, Cilic saltó a las gradas, tomó un celular que le dio su entrenador e hizo una llamada telefónica, acción que fue captada por las cámaras de televisión y de los fotógrafos.

“Hablé con algunas personas, con mi padrino en Zagreb, y él me dijo que no me podía imaginar lo que estaba sucediendo en el país. Todo el mundo estaba frente a su TV, y que era como una Copa Mundial de fútbol”, reveló Cilic.

“Este es un día especial no sólo para mí, sino para toda Croacia”, concluyó.