Unos 50 sumarios ha instruido desde abril pasado el Instituto de Salud Pública (ISP) contra farmacias, por no tener a disposición de los clientes algunos bioequivalentes incluidos en el petitorio mínimo. La situación sería un efecto colateral de la nueva ley de fármacos que obliga a dichos establecimientos a contar con los estos medicamentos.
Se trata de fármacos utilizados para combatir enfermedades como la depresión, como la fluoxetina; además de carbamazepina, para pacientes con epilepsia; y la furosemida, usado para tratar la hipertensión, según publica El Mercurio.
Al respecto, desde las farmacias atribuyeron la falta de stock a los laboratorios y el procedimiento de bioequivalencia, situación que fue ratificada por el presidente de la Cámara Nacional de Laboratorios (Canalab), Adrián Vega, quien señaló que “antes había 12 presentaciones de fluoxetina, hoy solo quedan cuatro, lo que da muestra de cómo se ha ido reduciendo la oferta”.
En esa línea, Vega reconoció que hay otros medicamentos afectados, como alprazolam, atenolol, ciclobenzaprina y el enalapril. Según la Canalab, esta situación se debe a los procesos de bioequivalencia, problemas en el stock de las materias prima y la menor oferta de parte de los productores, siendo lo primero lo que más les complica por que finalmente es más cómodo sacar el medicamento que invertir en el estudio respectivo.
Según el ex ministro Jaime Mañalich, quien impulsó la Ley de Fármacos, este problema era “esperable”, agregando que es un costo que se debe asumir cuando los medicamentos bioequivalentes no cumplen con la calidad exigida. No obstante, también advirtió que podría tratarse de una colusión, tal como ha ocurrido en otros países donde el laboratorio fabricante cancela a los productores de genéricos el monto estimado de ganancias en el caso que lo hubieran sacado al mercado, con tal de no tener competidores.
“No conozco ninguna denuncia en Chile, pero sí internacionalmente, como una práctica habitual”, señaló Mañalich al matutino.