¡Me siento estafado!, grité ayer con una rabia que salió del alma. No entiendo como una empresa puede prestar un servicio tan malo y no tener la capacidad resolutiva para atender a sus clientes.

¿Qué pasó?

No sé. Sólo sé que ya estoy tuerto de las veces que VTR me lo ha metido en el ojo. En fin, les contaré lo que sucedió.

Aproximadamente hace un mes que mi caja, la cual llaman D-box, funciona pésimo. No tiene la guía, la hora y se pega como si estuviéramos viendo Cachureos y escuchando su tema ‘congelado’. ¿Qué hago?

Me comuniqué con VTR y me señalaron lo siguiente: “Revise nuevamente la señal, realizamos una reprogramación al D-box. Si mantienes el problema desconecta el D-box de la corriente por 15 segundos y revisas la señal. Lo que realizamos ahora activará la guía dentro de 10 a 15 minutos más. Nos avisas.”

Desenchufarla, contar hasta 15 segundos y enchufarla nuevamente. Sí, lo mismo que me dicen los del VTR Soporte o el call center inentendible que tienen. Pero ahí estamos de nuevo, adivinando la programación y pagando por un servicio que no nos otorgan.

He llamado un montón de veces y también lo he intentado arreglar mediante Twitter y su canal de soporte. Acá la culpa no es de los que manejan la cuenta, ellos son personas que intentan hacer bien su pega, pero la poca capacidad resolutiva de las cabezas es impresionante.

El 5 de agosto fue la primera vez que tuve que acercarme a una sucursal para una solución. Ya para el 9 del mismo mes tenía una visita agendada entre 10:00 y 13:00 horas. Rápido y fácil sin mucho que dialogar. Incluso me llegó un mensaje de texto donde se confirmaba la visita y el horario.

Sin embargo nunca llegaron, nunca llamaron y dispusieron de mi tiempo. No pude salir con mi hija, ni compartir tranquilamente con mi familia un sábado. Reclamé vía redes sociales sin ningún resultado y siento impotencia y un sentimiento de que el famoso “te paseo” salía a flote y me lo dedicaban a mí desde las oficinas centrales de la compañía.

Pasaron los días y terminé nuevamente en una sucursal. Esta vez fue en el Plaza Vespucio, donde me indicaron que nunca hubo una visita agendada para ese día, ¡NUNCA! O sea, los mensajes de confirmación se envían solos y yo fui imaginariamente a una sucursal. ¡Déjense de joder!

¿Qué conseguí? Insatisfacción. Nunca se puede conseguir nada con los ejecutivos. Está bien, no los juzgo, pero el mal servicio es en general.

Después de un rato de comerme la rabia por no tener una solución, acepté como buen samaritano una segunda visita para el lunes 18 de agosto. Era la fecha más cercana que tenían, entre 19:00 y 22:00 horas.

Ayer lunes 18 de agosto esperé. Me fui temprano del trabajo para ordenar un poco y no correr pensando que podían llegar a las 19:00 horas si es que andaban con tiempo. Y adivinen, nunca llegaron. A las 19:48 hrs. les mandé un mensaje vía Twitter a VTR Soporte, los cuales me contestaron a las 21:36 hrs., señalando que aún estaban en el rango asignado. Yo les contesté cuando faltaban 8 minutos para las 22:00 horas, dando a entender que nuevamente me habían dejado esperando.

Ahí quedó todo. Jugaron una vez más con mi tiempo y así lo hacen con el de muchas otras personas que tienen contratado un servicio que no es como lo prometen.

Me siento estafado, me siento denigrado y pasado a llevar por una empresa que no hace más que promesas. Parecen políticos pero más malos, porque no tienen una cara a la cual putear. No me gusta insultar a los del teléfono porque te cortan, los de Twitter o Facebook te ignoran y los de la sucursal no tienen respuestas. Acá la cabeza es la mala, la inoperante y los demás se contagian.

Esta no es una carta abierta ni mucho menos, esto es una queja, un escrito con rabia, una soltura de palabras contra la compañía a la cual le pago por un servicio mal prestado. Todos se preguntarán ¿por qué no me cambio de compañía? Lo haré, pero tienen un sistema de cobros que si no vas antes del 8 a la hora que el sol apunta la segunda ventana que mira el horizonte del Costanera Center, cagaste y te cobran un mes más.

Ahora marqué en el calendario el día que debo ir a cortar el servicio para que no me cobren más.

No sé si las otras compañías serán buenas, malas o iguales, pero no puedo ni podemos todos regalarle nuestro dinero a empresas gigantescas que no saben lo que significa la atención al cliente.

Richard Vinet Aguirre
Publicista
Santiago

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