El gobierno está empeñado en que la llegada de proyectos energéticos sea una buena noticia para las comunidades de la región. Para esto, se trabaja junto al mundo privado con el objetivo de incorporar de manera adecuada la participación ciudadana en este tipo de iniciativas.

La oposición de la comunidad a la termoeléctrica Pirquenes de Arauco marcó historia en la zona. Hoy BioBiogenera lucha por cambiar la opinión que ya tienen grupos ambientalistas aún antes de la Evaluación Ambiental del terminal gasifero en Lirquén y la central térmica de Bulnes. Y en Cabrero, resurgen las inquietudes tras la aprobación de una central de biomasa.

Sólo ejemplos de casos en que el problema es que las empresas llegaron tarde a contactarse con los directamente involucrados, sus vecinos. Por esto, la seremi de energía, Carola Venegas, comentó que trabajan arduamente en cambiar el enfoque, porque la discusión ya no es si se necesita o no de un proyecto energético.

La autoridad se reunió con representantes de grandes, medianas y pequeñas empresas generadoras de energía para incorporar en ellas las buenas prácticas de participación ciudadana.

Carlos Bonifetti, de BMG consultores, que ha puesto en funciones varias mini centrales hidroeléctricas en la región, afirma que la clave es llegar oportunamente y ser transparentes con la gente.

Endesa es considerada en la zona un gran ejemplo de cómo se han hecho mal las cosas. La empresa lo tiene claro y su gerente de relaciones con la comunidad, María Teresa González, sostiene que están en nueva etapa, que implicó el reconocimiento de que no habían escuchado a la gente.

Actualmente, decenas de proyectos energéticos se encuentran en evaluación ambiental y abarcan las más diversas fuentes de generación. En todos ellos se intenta establecer un contacto temprano y adecuado con las comunidades de emplazamiento, como favor relevante para un proceso exitoso.