La policía antimotines lanzó gases lacrimógenos la noche del domingo para dispersar a un grupo de manifestantes en un suburbio de la localidad de Ferguson, escenario de disturbios raciales desde que la policía mató de un disparo a un joven negro desarmado la semana pasada.
Las fuerzas de seguridad intentaron dispersar a la multitud, integrada en su mayoría por jóvenes, unas tres horas antes de la medianoche local, cuando comenzaría a regir un toque de queda.
Algunos de los manifestantes portaban pancartas denunciando la violencia policial, según mostraron imágenes de televisión. Varios de ellos levantaban las manos en alto en señal de rendición, mientras que otros recogían las bombas lacrimógenas y las lanzaban nuevamente sobre los policías.
Fotos publicadas en Twitter mostraban a un grupo rompiendo ventanales en un restaurante de la cadena de comidas rápidas McDonald’s.
Cientos de personas se habían reunido más temprano en una iglesia de Ferguson para exigir justicia tras la muerte del joven Michael Brown, en una demostración que se realizó de forma pacífica.