Tras la desilusión del Mundial con Brasil, Thiago Silva ha sufrido un nuevo golpe al lesionarse el muslo derecho con el París Saint-Germain el lunes en un amistoso contra el Nápoles (2-1) y podría estar de baja varias semanas, siendo seria duda para los próximos amistosos de Brasil.

El defensa se lesionó realizando un gesto anodino, un taconazo, y el capitán de la Seleçao y el París SG tuvo que abandonar el campo en el minuto 13 ayudado por dos miembros del equipo médico.

El futbolista se someterá a una resonancia electromagnética este martes o el miércoles para que los galenos puedan hacer un diagnóstico preciso y poder evaluar la duración de su ausencia.

Pero, este contratiempo podría privar al campeón de Francia de su líder en la defensa para varios partidos.

Según la gravedad de la lesión, Thiago Silva podría perderse lo que queda del mes de agosto y la esperanza del club parisino es poder recuperarle para el inicio de la Liga de Campeones, el 16 o 17 de septiembre.

Quién posiblemente no podrá convocar al defensa será el nuevo seleccionador brasileño Dunga que tendrá que afrontar sus primero duelos, los amistosos contra Colombia y Ecuador del 5 y el 9 de septiembre, sin su capitán.

Thiago Silva ha comenzado la temporada 2014-2015 igual que terminó la anterior, con la cabeza baja y la moral hundida.

“Es el dato negativo de la noche”, reconoció su entrenador Laurent Blanc. “Puede ser una simple contractura. Espero que no sea muy grave”, añadió el técnico.

Blanc esperaba aprovechar el viaje a Nápoles para dar los primeros minutos a su nueva millonaria pareja de centrales formada por Thiago Silva y su compatriota David Luiz.

Pero, la salida prematura del capitán eclipsó por completo el gran debut del exdefensa del Chelsea, fichado a cambio de 50 millones de euros y que junto a Thiago Silva va a formar la pareja de centrales más cara del mundo.

- La pérdida del capitán -

En este caso, tanto el jugador como el técnico tienen parte de culpa en la lesión.

Tras la humillación en el Mundial, con la sonrojante derrota ante Alemania en semifinales (7-1) y la desastrosa final de consolación perdida contra Holanda (3-0), el futbolista quería a toda costa pasar página.

Volvió a toda prisa para demostrar su poderío físico el viernes contra el Reims (2-2) en la primera jornada de la liga, solo tres días después de volver de vacaciones.

Tras el partido reconoció sufrir una leve “molestia” en el muslo derecho. El mismo que se lesionó tres días más tarde en el estadio de San Paolo.

Si el brasileño quería apresurar su reincorporación en la disciplina del equipo, Blanc también es responsable por haber aceptado los dislates de su capitán.

El viernes, negó estar haciendo “una apuesta” al contar demasiado pronto con el exmilanista, explicando que el jugador había seguido un programa individualizado en Brasil desde el 25 de julio.

“El año pasado, Thiago jugó la Supercopa poco después de volver y nadie me preguntó por ello”, se defendió el entrenador el lunes.

Pero la fragilidad del muslo del brasileño, que ya le ha dado problemas en dos ocasiones desde que llegara a París en 2012, no es un secreto.

Este problema recurrente, y el trauma vivido por el jugador en el Mundial, debería haber alertado al cuerpo técnico parisino.

El resultado de esa falta de previsión es que el PSG se encuentra con un capitán perdido de los pies a la cabeza.