La guerra volverá a Gaza en unos meses si Israel no suspende el bloqueo, advierte el coordinador de las operaciones humanitarias del enclave palestino, James Rawley, en una entrevista con la AFP.

La comunidad internacional ha fracasado, estima Rawley en una entrevista concedida poco antes de la tregua de 72 horas concluida el domingo tras más de un mes de guerra entre Israel y Hamas que ha dejado más de 2.000 muertos, en su mayoría civiles palestinos.

“Tres bases de la ONU fueron atacadas y hubo gente que murió, por lo que la comunidad internacional, colectivamente, ha fracasado en poner fin a la matanza y en proteger a las personas”, denunció el responsable de la ONU, antes de advertir que si Israel no levanta el bloqueo en la Franja de Gaza, es ilusorio pensar en una paz duradera.

“Hay que levantar el bloqueo, no solo para que pueda llegar material para reconstruir, sino para permitir que Gaza pueda hacer lo que hacía muy bien hace diez años: comerciar”, asegura Rawley.

“Gaza tiene un potencial inmenso. La gente está llena de iniciativa, está bien educada, hay mercados potenciales en Israel y Cisjordania. Hay que levantar el bloqueo para que Gaza pueda desarrollarse”, insta este responsable.

La suspensión del bloqueo es una de las exigencias fundamentales de los palestinos en sus negociaciones con Israel para un acuerdo duradero de alto el fuego. Por el momento, los negociadores, que alcanzaron el domingo una nueva tregua de 72 horas, prosiguen las tratativas a través del mediador egipcio.

Entre las demandas de Hamas, que controla la Franja de Gaza, figuran también la ampliación de zonas de pesca, la apertura de un puerto y de un aeropuerto.

Israel impone un bloqueo a la Franja de Gaza desde la captura en junio de 2006 del soldado Gilat Shalit, liberado en 2011, y controla con mano de hierro el espacio aéreo común, las aguas territoriales, el tráfico de mercancías y los movimientos migratorios. En 2010 se levantaron algunas restricciones a la importación de alimentos y de material de construcción, pero Gaza sigue terriblemente aislada.

Señales de cambio

Israel repite que se niega a negociar “bajo los disparos” de misiles de Hamas, por lo que para Rawley, las preocupaciones legítimas del Estado hebreo sobre su seguridad deben tenerse en cuenta. Pero si no se levanta el bloqueo, es “probable” un nuevo conflicto, advierte.

Y es que si no se levanta dicho bloqueo, “poco se podrá hacer para la reconstrucción, sino que creo que se darán las condiciones para una nueva ola de violencia, comparable a la que vemos en este momento”, dijo a la AFP desde la ciudad de Gaza.

Israel lanzó el 8 de julio la operación “Barrera Protectora” para hacer cesar los disparos de misiles del Hamás y destruir la red de túneles que sirven para las incursiones en su territorio. Desde entonces, 1.939 palestinos han muerto y 67 israelíes.

Aunque las condiciones de los beligerantes para una paz duradera parecen casi inconciliables, el coordinador de la ONU parece optimista, y ve “señales” de cambio en la actitud israelí.

“Vemos señales, y espero que estas voces en Israel que comprenden la necesidad de suspender el bloqueo se hagan oír”.

10.000 casas destruidas

En lo que respecta a lo material, según las primeras estimaciones, las necesidades se elevan a entre 6.000 y 8.000 millones de dólares (4.500 a 6.000 millones de euros), y las agencias humanitarias necesitan 380 millones de dólares para proporcionar ayuda de primera necesidad, dijo Rawley, que pinta un terrible panorama: más de 10.000 casas, “una gran parte” de la capacidad industrial y “hasta la mitad” de las tierras agrícolas han quedado destruidas, y más de 300.000 personas se encuentran sin empleo.

Medio millón de personas, cerca de un tercio de la población, está desplazada, 240.000 de ellas se encuentran en albergues de la ONU, 20.000 en los albergues gubernamentales, y el resto se han refugiado en casa de amigos o familiares.

Antes del conflicto, subraya, la situación era dura: Gaza sufría de una falta acuciante de agua, la electricidad solo funcionaba entre 8 y 12 horas al día, 1,1 millón de personas de una población de 1,8 millones, recibía ayuda alimentaria.