Compositor Alejandro Guarello lanza disco de música contemporánea en el Campus Oriente de la UC

Alejandro Guarello- SCD
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Este lunes 4 de agosto, a las 13:30 horas, el compositor y académico del Instituto de Música de la Universidad Católica, Alejandro Guarello presentará producción discográfica de música contemporánea “Nueva música para cuerdas”, en el auditorio del IMUC del Campus Oriente.

En este lanzamiento, Guarello recopila siete obras que incluyen instrumentos de cuerda, las que fueron realizadas entre los años 1992 y 2005. En cada una de las obras que lo componen se presenta una gran versatilidad de texturas instrumentales, teniendo como base común la presencia de un instrumento de cuerda, ya sea violín, viola o violoncello.

El académico explica respecto a la presentación oficial de su material que “esta publicación surge de la necesidad de compartir algunas obras que han sido estrenadas en conciertos en diferentes ocasiones y lugares con un mayor audiencia. Aquí, los auditores pueden conocer cada pieza en un amplio contexto de otras seis obras compuestas en más de una década. Cuartémpora fue creada en 1992 y N-Oir-T fue terminada en 2005”.

Respecto a la modalidad de grabación, cabe destacar que todas corresponden a registros en vivo, realizados tanto en Chile, como en el extranjero, lo que otorga un valor especial al material contenido en la placa, ya que da cuenta del trabajo real de los intérpretes, exhibiendo su gran capacidad técnica y artística.

Este trabajo de música de cámara de concierto se realizó gracias a un concurso de derecho de autor que hizo la Universidad Católica a través de la Vicerrectoría de Investigación. Luego, con el Fondo de Fomento de la Música Nacional, del Consejo Nacional de la Cultura fue posible la reproducción de ejemplares.

Respecto a la concreción de este proyecto, el compositor señaló que “fue una gran oportunidad porque en este tipo de música que hacemos nosotros, son bien escasas las posibilidades de hacer discos. Y es una ocasión importante”.


Notas sobre las obras

…La bella Datoki… (2002) dedicada a Black Jackets Company para Clarinete, Clarinete bajo, Guitarra eléctrica,Guitarra Clásica, Bajo eléctrico, Violín, Piano preparado y Electrónica. Esta pieza consiste de diferentes secciones muy características que establecen diferentes relaciones instrumentales. La gestualidad y sonoridad de cada momento va generando situaciones que la banda sonora recoge e interactúa con los instrumentos los cuales tienen, a su momento, una participación protagónica de tipo solística o virtuosa.

La preparación del piano, revela en parte la categoría del material de alturas sobre el cual está construída la pieza. Por ejemplo, hay cinco notas que constituyen un universo sonoro en sí y que aparecen apagadas en la preparación del piano. Otros sonidos importantes permanecen como cuerdas libres y resonantes a través de toda la pieza independientemente del tratamiento sonoro a que estan sometidas.

Así, se conforma un todo heterogéneo que extralimita la tradicional sonoridad pianística al modo del piano preparado de Cage. La escritura instrumental tiende a multiplicarse tanto tímbricamente como gestualmente creando planos sonoros polifónicos al interior de cada instrumento. La parte electrónica fue preparada en base a sonidos propios de los mismos instrumentos y procesada con diferentes recursos por Yannick Willox quien forma parte esencial de esta obra. Al respecto, el sugerente título de la pieza (leído en español) corresponde a un homenaje a los músicos que conforman Blacks Jackets Company y que participan directamente en este concierto.

Estreliano (2010) para violín y piano. Estrenada por David Núñez (violín) y Jorge Pepi (piano) durante el IV Encuentro Internacional de Compositores está basada en las notas MI bemol (Es, en alemán), RE y LA contenidas en la palabra ESTRELLA. La denominación Estreliano surge de la fusión de las palabras Estrella y Piano.

La obra se inicia con las notas Mi y Sol sostenido a modo de introducción y que “resolverán”, en cuanto dominante de La, al final de la pieza. Estas notas quedan absolutamente excluidas del resto de la pieza que utilizará las diez notas restantes del total cromático. Diversos son los momentos en cuanto a textura, comportamiento y densidad en los que, poco a poco, el motivo mi bemol-re-la va apareciendo en el transcurso de la pieza y que se transforma, hacia el final, en una suerte de cadencia plagal que lleva a un claro y diáfano La Mayor como “resolución” de la dominante de la introducción.

Turbio (2004)
Estrenada por David Núñez y Sona Kochafián en Bruselas fue compuesta como parte de un proyecto del Fondo de Fomento para la Música Nacional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, 2005 de Chile y escrita originalmente para Isidro Rodríguez y David Núñez. Consiste en una interacción sonora y gestual (que no se detecta con la simple audición) en base a una secuencia de notas que los intérpretes deben “recorrer” con su mano izquierda mientras se inicia una acción esporádica del arco de cada músico que va dejando “aparecer” las alturas que formarán parte del material de la pieza.

Una vez constituído el material se inicia una nueva sección que utiliza los instrumentos de forma tradicional en una relación coordinada en forma contrapuntística de ambas partes. Le sigue un momento de tensa calma que da paso a un gesto cromático que actúa sobre el otro instrumento a modo de filtro de una breve secuencia tocada al unísono en el registro bajo del violín y que va ascendiendo poco a poco hasta alcanzar un notorio glissando.

De esta manera, irrumpe un pasaje en sincronía homofónica que nuevamente recorre el registro del instrumento, durante el cual se establece un “contrapunto” de articulación (legato versus staccato), que explota en una zona donde la sincronía y la asincronía de ambos instrumentos se lleva al extremo con gran despliegue de energía con acordes de dobles y triples cuerdas. La obra se cierra con una “coda” sincrónica que refiere al material que ha sustentado toda la obra.

Solitario VIII (2004) Escrita para viola sola, forma parte de la serie de obras escritas para instrumentos orquestales en forma de solo, denominados Solitarios. En la mayoría de ellos, los instrumentos de naturaleza monódica, son tratados de modo de generar pseudopolifonía o polifonía virtual en la memoria del auditor en la cual se van superponiendo libremente los diversos elementos formales y gestos sonoros característicos, utilizando los recursos de ejecución de la viola.

Por otra parte, esta obra plantea una formulación rítmica que será utilizada por el compositor en algunas obras. En el caso de esta obra para viola, financiada con aportes del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Fondo para el Fomento de la Música Nacional 2005, su organización gira en torno a tres cifras que se manifiestan de diversas formas tanto en la agrupación de figuras, combinaciones rítmicas, métricas como en combinaciones de alturas regidas por las cifras 3, 7 y 11.

Cuartémpora (1992) Su título refiere al cuarteto y al tiempo, en este caso a la problemática rítmica y métrica de cada línea. Como es habitual en el compositor, la obra se presenta en paneles o momentos homogéneos a su interior y contrastantes entre sí a lo largo de la pieza.

El uso de quintillos, septillos y otros grupos asimétricos permiten generar momentos locales de tiempo diversos, mientras los constantes cambios métricos trasladan la asimetría a la pulsación de la música la que tiene su momento más estable en la segunda sección en ocho octavos en que establece un diálogo entre sincronías globales y participaciones individuales más libres.

La tercera sección hace desaparecer el tempo con el uso reiterados de quintillos y sonidos aislados y llevando hacia glissandi y armónicos tenuti. Luego, un nuevo contraste se logra por la inmanencia de los pizzicati de cuerdas al aire de los instrumentos (mi, la, re,sol y do) y que incluye elementos residuales de la sección anterior e incorpora pequeños gestos fugaces legato que van creciendo de tamaño y presencia temporal. Este elemento permanece en la parte siguiente, caracterizada por los pizzicatti alla Bartok. Ya en la última parte de la obra, se manifiesta un criterio de síntesis que se refiere de una cierta forma a la segunda sección mencionada más arriba y que conduce a una gradual y creciente poliritmia que alcanza su máximo en momentos en que la textura rítmica se obtiene por la superposición y multiplicación de acciacature, enmarcados por tutti en trinos que llevan al gesto de glissando final.

N-oir-T (2005) Luego de una introducción y un momento en torno a la nota Re, la pieza adquiere un carácter de moto rítmico que transita del discontinuo al continuo para instalar un largo momento caracterizado por un gesto de crescendo articulado por el piano, recogiendo residuos de la sección anterior, que, gradualmente, se trasforma en un tenuto de cuerdas sobre el cual aparecen esporádicas intervenciones del piano en pizzicato o frotando las cuerdas al interior de la caja.

Violentamente aparece un pasaje a dos voces entre el piano y las cuerdas que irá evolucionando hasta instalar al violín en un rol de solista y que conducirá a la última sección de la obra, antecedida por un “super arpegio” del piano, caracterizada por armónicos naturales sobre una leve scordatura de cuarto de tono de la cuarta cuerda del violín y “campanadas” del piano que recorre el registro de lo más agudo a lo más grave.

El violoncello, cuya cuarta cuerda se afina en re bemol bajo, marcará el final de la pieza en una larga distensión temporal y sonora. En esta pieza, el sonido del piano es modificado parcialmente en ciertos momentos con tres pequeños sacos de arena con el objeto de mutear ciertos registros indicados en la partitura. Esta obra también fue financiada con aportes del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Fondo para el Fomento de la Música Nacional, 2005.

Dromo (2004) Esta obra, escrita especialmente para la Orquesta Moderna, intenta poner en juego diversos aspectos de la energía que puede manifestar el tiempo tanto en el sonido como en el silencio. Aquí encontramos tres formas de manifestación: la primera es la energía contenida que se manifiesta en los extensos y tensos tenuti; una segunda manera aparece a través del silencio prolongado que construye expectación o distensión según sea el caso y la última, es la energía liberada que aparece en los momentos más percusivos y movidos de la pieza.

El final corresponde a una pérdida total de la energía sonora y temporal acumulada en la obra que se disuelve paulatinamente en un silencio que se manifiesta, esta vez, en claro reposo y distensión. El material de alturas en que se basa la pieza surge de la utilización, en forma de curva creciente tipo “exponencial”, de los intervalos contenidos entre el semitono y la quinta (do, si, la, fa#, re, sol, do# y sol#). Luego, todo el resto (duraciones y alturas) se extrae de diversas combinaciones y lecturas del material original.

Alejandro Guarello

Nació en Viña del Mar el 21 de Agosto de 1951. Comenzó sus estudios musicales en 1971 en la Universidad Católica de Valparaíso. En 1975 pasó a ser alumno del maestro Cirilo Vila, primero en forma particular y luego, a partir de 1977 y hasta 1982, como alumno de Licenciatura en Composición de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Durante 1984 y 1985, permanece en Italia gracias a dos becas del Gobierno Italiano y realiza estudios de perfeccionamiento en Composición con el maestro Franco Donatoni en Roma y Siena, y con el maestro Giacomo Manzoni en Milán.

Su labor creativa se inicia en 1977 y comprende, hasta hoy, más de 73 obras para diferentes géneros instrumentales y vocales, de cámara y sinfónicos, muchas de las cuales han sido estrenadas tanto en Chile como en Europa, Japón y Estados Unidos recibiendo diferentes distinciones y premios. En 1998 publica su primer CD, Alejandro Guarello (1998) con obras de cámara compuestas entre los años 1979 y 1996. Luego en 2000 publica su CD doble monográfico “Retrospectiva” con quince obras inéditas hasta entonces.

Actualmente se desempeña como profesor de Composición y diversas materias musicales. Por otra parte, Alejandro Guarello ha desarrollado una extensa actividad como director de obras contemporáneas y fundador de los Festivales de Música Contemporánea Chilena en el Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Chile del cual fue su Director entre los años 2006 y 2012. Además, fue fundador y Director (1997-2012) de Resonancias, publicación semestral del mismo instituto.

Obras premiadas y reconocimientos recibidos

1977 Segundo Premio en el Concurso de Composición, con la obra para piano titulada TRITONADAS. Organizado por Amigos del Arte. Santiago-Chile
1978 Primer Premio en el Concurso de Composición, Festival de Música Contemporánea con la obra para Coro titulada SIMULACROS. Organizado por Agrupación Beethoven y Goethe Institut. Santiago-Chile
1979 Premio Festivales de Música Chilena de la Universidad de Chile con la obra para Orquesta titulada VARIACIONES. Universidad de Chile. Santiago-Chile
1979 Tercer Premio Concurso Latinoamericano de Cuartetos de Cuerda con la obra para Cuarteto de Ciuerdas titulada CUATRO PIEZAS. Organizado por Agrupación Beethoven y Goethe Institut. Santiago-Chile
1981 Segundo premio, con la obra para Violncello y Orquesta titulada TRANSCURSOS. Concurso de Composición de la Universidad Católica de Chile. Santiago-Chile
1984 Premio del Conservatorio de París, con la obra para Violín, Clarinete y Violoncello titulada VETRO. Otorgado por la Accademia Musicale Chigiana de Siena, Italia
1999 Premio Charles Ives, Obra de encargo, ViKaCH I para saxo y percusión. Instituto Chileno Norteamericano de Cultura. Santiago-Chile
2004 Premio Consejo Chileno de la Música. CIM. UNESCO. Medalla Creación Santiago-Chile
2004 Premio Orquesta Moderna de Chile. Mejor Compositor VI Temporada de Conciertos 2004. Escuela Moderna de Música. Santiago-Chile
2005 Premio Presidente de la República 2005. Música Clásica. Gobierno de Chile. Santiago-Chile
2010 Premio ALTAZOR por la obra para Flauta y Piano titulada RETRI Artistas de Chile. Santiago. Chile
2013 Premio a la Excelencia en la Creación Artística, Pontificia Universidad Católica

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Este lunes 4 de agosto, a las 13:30 horas, el compositor y académico del Instituto de Música de la Universidad Católica, Alejandro Guarello presentará producción discográfica de música contemporánea “Nueva música para cuerdas”, en el auditorio del IMUC del Campus Oriente.

En este lanzamiento, Guarello recopila siete obras que incluyen instrumentos de cuerda, las que fueron realizadas entre los años 1992 y 2005. En cada una de las obras que lo componen se presenta una gran versatilidad de texturas instrumentales, teniendo como base común la presencia de un instrumento de cuerda, ya sea violín, viola o violoncello.

El académico explica respecto a la presentación oficial de su material que “esta publicación surge de la necesidad de compartir algunas obras que han sido estrenadas en conciertos en diferentes ocasiones y lugares con un mayor audiencia. Aquí, los auditores pueden conocer cada pieza en un amplio contexto de otras seis obras compuestas en más de una década. Cuartémpora fue creada en 1992 y N-Oir-T fue terminada en 2005”.

Respecto a la modalidad de grabación, cabe destacar que todas corresponden a registros en vivo, realizados tanto en Chile, como en el extranjero, lo que otorga un valor especial al material contenido en la placa, ya que da cuenta del trabajo real de los intérpretes, exhibiendo su gran capacidad técnica y artística.

Este trabajo de música de cámara de concierto se realizó gracias a un concurso de derecho de autor que hizo la Universidad Católica a través de la Vicerrectoría de Investigación. Luego, con el Fondo de Fomento de la Música Nacional, del Consejo Nacional de la Cultura fue posible la reproducción de ejemplares.

Respecto a la concreción de este proyecto, el compositor señaló que “fue una gran oportunidad porque en este tipo de música que hacemos nosotros, son bien escasas las posibilidades de hacer discos. Y es una ocasión importante”.


Notas sobre las obras

…La bella Datoki… (2002) dedicada a Black Jackets Company para Clarinete, Clarinete bajo, Guitarra eléctrica,Guitarra Clásica, Bajo eléctrico, Violín, Piano preparado y Electrónica. Esta pieza consiste de diferentes secciones muy características que establecen diferentes relaciones instrumentales. La gestualidad y sonoridad de cada momento va generando situaciones que la banda sonora recoge e interactúa con los instrumentos los cuales tienen, a su momento, una participación protagónica de tipo solística o virtuosa.

La preparación del piano, revela en parte la categoría del material de alturas sobre el cual está construída la pieza. Por ejemplo, hay cinco notas que constituyen un universo sonoro en sí y que aparecen apagadas en la preparación del piano. Otros sonidos importantes permanecen como cuerdas libres y resonantes a través de toda la pieza independientemente del tratamiento sonoro a que estan sometidas.

Así, se conforma un todo heterogéneo que extralimita la tradicional sonoridad pianística al modo del piano preparado de Cage. La escritura instrumental tiende a multiplicarse tanto tímbricamente como gestualmente creando planos sonoros polifónicos al interior de cada instrumento. La parte electrónica fue preparada en base a sonidos propios de los mismos instrumentos y procesada con diferentes recursos por Yannick Willox quien forma parte esencial de esta obra. Al respecto, el sugerente título de la pieza (leído en español) corresponde a un homenaje a los músicos que conforman Blacks Jackets Company y que participan directamente en este concierto.

Estreliano (2010) para violín y piano. Estrenada por David Núñez (violín) y Jorge Pepi (piano) durante el IV Encuentro Internacional de Compositores está basada en las notas MI bemol (Es, en alemán), RE y LA contenidas en la palabra ESTRELLA. La denominación Estreliano surge de la fusión de las palabras Estrella y Piano.

La obra se inicia con las notas Mi y Sol sostenido a modo de introducción y que “resolverán”, en cuanto dominante de La, al final de la pieza. Estas notas quedan absolutamente excluidas del resto de la pieza que utilizará las diez notas restantes del total cromático. Diversos son los momentos en cuanto a textura, comportamiento y densidad en los que, poco a poco, el motivo mi bemol-re-la va apareciendo en el transcurso de la pieza y que se transforma, hacia el final, en una suerte de cadencia plagal que lleva a un claro y diáfano La Mayor como “resolución” de la dominante de la introducción.

Turbio (2004)
Estrenada por David Núñez y Sona Kochafián en Bruselas fue compuesta como parte de un proyecto del Fondo de Fomento para la Música Nacional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, 2005 de Chile y escrita originalmente para Isidro Rodríguez y David Núñez. Consiste en una interacción sonora y gestual (que no se detecta con la simple audición) en base a una secuencia de notas que los intérpretes deben “recorrer” con su mano izquierda mientras se inicia una acción esporádica del arco de cada músico que va dejando “aparecer” las alturas que formarán parte del material de la pieza.

Una vez constituído el material se inicia una nueva sección que utiliza los instrumentos de forma tradicional en una relación coordinada en forma contrapuntística de ambas partes. Le sigue un momento de tensa calma que da paso a un gesto cromático que actúa sobre el otro instrumento a modo de filtro de una breve secuencia tocada al unísono en el registro bajo del violín y que va ascendiendo poco a poco hasta alcanzar un notorio glissando.

De esta manera, irrumpe un pasaje en sincronía homofónica que nuevamente recorre el registro del instrumento, durante el cual se establece un “contrapunto” de articulación (legato versus staccato), que explota en una zona donde la sincronía y la asincronía de ambos instrumentos se lleva al extremo con gran despliegue de energía con acordes de dobles y triples cuerdas. La obra se cierra con una “coda” sincrónica que refiere al material que ha sustentado toda la obra.

Solitario VIII (2004) Escrita para viola sola, forma parte de la serie de obras escritas para instrumentos orquestales en forma de solo, denominados Solitarios. En la mayoría de ellos, los instrumentos de naturaleza monódica, son tratados de modo de generar pseudopolifonía o polifonía virtual en la memoria del auditor en la cual se van superponiendo libremente los diversos elementos formales y gestos sonoros característicos, utilizando los recursos de ejecución de la viola.

Por otra parte, esta obra plantea una formulación rítmica que será utilizada por el compositor en algunas obras. En el caso de esta obra para viola, financiada con aportes del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Fondo para el Fomento de la Música Nacional 2005, su organización gira en torno a tres cifras que se manifiestan de diversas formas tanto en la agrupación de figuras, combinaciones rítmicas, métricas como en combinaciones de alturas regidas por las cifras 3, 7 y 11.

Cuartémpora (1992) Su título refiere al cuarteto y al tiempo, en este caso a la problemática rítmica y métrica de cada línea. Como es habitual en el compositor, la obra se presenta en paneles o momentos homogéneos a su interior y contrastantes entre sí a lo largo de la pieza.

El uso de quintillos, septillos y otros grupos asimétricos permiten generar momentos locales de tiempo diversos, mientras los constantes cambios métricos trasladan la asimetría a la pulsación de la música la que tiene su momento más estable en la segunda sección en ocho octavos en que establece un diálogo entre sincronías globales y participaciones individuales más libres.

La tercera sección hace desaparecer el tempo con el uso reiterados de quintillos y sonidos aislados y llevando hacia glissandi y armónicos tenuti. Luego, un nuevo contraste se logra por la inmanencia de los pizzicati de cuerdas al aire de los instrumentos (mi, la, re,sol y do) y que incluye elementos residuales de la sección anterior e incorpora pequeños gestos fugaces legato que van creciendo de tamaño y presencia temporal. Este elemento permanece en la parte siguiente, caracterizada por los pizzicatti alla Bartok. Ya en la última parte de la obra, se manifiesta un criterio de síntesis que se refiere de una cierta forma a la segunda sección mencionada más arriba y que conduce a una gradual y creciente poliritmia que alcanza su máximo en momentos en que la textura rítmica se obtiene por la superposición y multiplicación de acciacature, enmarcados por tutti en trinos que llevan al gesto de glissando final.

N-oir-T (2005) Luego de una introducción y un momento en torno a la nota Re, la pieza adquiere un carácter de moto rítmico que transita del discontinuo al continuo para instalar un largo momento caracterizado por un gesto de crescendo articulado por el piano, recogiendo residuos de la sección anterior, que, gradualmente, se trasforma en un tenuto de cuerdas sobre el cual aparecen esporádicas intervenciones del piano en pizzicato o frotando las cuerdas al interior de la caja.

Violentamente aparece un pasaje a dos voces entre el piano y las cuerdas que irá evolucionando hasta instalar al violín en un rol de solista y que conducirá a la última sección de la obra, antecedida por un “super arpegio” del piano, caracterizada por armónicos naturales sobre una leve scordatura de cuarto de tono de la cuarta cuerda del violín y “campanadas” del piano que recorre el registro de lo más agudo a lo más grave.

El violoncello, cuya cuarta cuerda se afina en re bemol bajo, marcará el final de la pieza en una larga distensión temporal y sonora. En esta pieza, el sonido del piano es modificado parcialmente en ciertos momentos con tres pequeños sacos de arena con el objeto de mutear ciertos registros indicados en la partitura. Esta obra también fue financiada con aportes del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Fondo para el Fomento de la Música Nacional, 2005.

Dromo (2004) Esta obra, escrita especialmente para la Orquesta Moderna, intenta poner en juego diversos aspectos de la energía que puede manifestar el tiempo tanto en el sonido como en el silencio. Aquí encontramos tres formas de manifestación: la primera es la energía contenida que se manifiesta en los extensos y tensos tenuti; una segunda manera aparece a través del silencio prolongado que construye expectación o distensión según sea el caso y la última, es la energía liberada que aparece en los momentos más percusivos y movidos de la pieza.

El final corresponde a una pérdida total de la energía sonora y temporal acumulada en la obra que se disuelve paulatinamente en un silencio que se manifiesta, esta vez, en claro reposo y distensión. El material de alturas en que se basa la pieza surge de la utilización, en forma de curva creciente tipo “exponencial”, de los intervalos contenidos entre el semitono y la quinta (do, si, la, fa#, re, sol, do# y sol#). Luego, todo el resto (duraciones y alturas) se extrae de diversas combinaciones y lecturas del material original.

Alejandro Guarello

Nació en Viña del Mar el 21 de Agosto de 1951. Comenzó sus estudios musicales en 1971 en la Universidad Católica de Valparaíso. En 1975 pasó a ser alumno del maestro Cirilo Vila, primero en forma particular y luego, a partir de 1977 y hasta 1982, como alumno de Licenciatura en Composición de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Durante 1984 y 1985, permanece en Italia gracias a dos becas del Gobierno Italiano y realiza estudios de perfeccionamiento en Composición con el maestro Franco Donatoni en Roma y Siena, y con el maestro Giacomo Manzoni en Milán.

Su labor creativa se inicia en 1977 y comprende, hasta hoy, más de 73 obras para diferentes géneros instrumentales y vocales, de cámara y sinfónicos, muchas de las cuales han sido estrenadas tanto en Chile como en Europa, Japón y Estados Unidos recibiendo diferentes distinciones y premios. En 1998 publica su primer CD, Alejandro Guarello (1998) con obras de cámara compuestas entre los años 1979 y 1996. Luego en 2000 publica su CD doble monográfico “Retrospectiva” con quince obras inéditas hasta entonces.

Actualmente se desempeña como profesor de Composición y diversas materias musicales. Por otra parte, Alejandro Guarello ha desarrollado una extensa actividad como director de obras contemporáneas y fundador de los Festivales de Música Contemporánea Chilena en el Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Chile del cual fue su Director entre los años 2006 y 2012. Además, fue fundador y Director (1997-2012) de Resonancias, publicación semestral del mismo instituto.

Obras premiadas y reconocimientos recibidos

1977 Segundo Premio en el Concurso de Composición, con la obra para piano titulada TRITONADAS. Organizado por Amigos del Arte. Santiago-Chile
1978 Primer Premio en el Concurso de Composición, Festival de Música Contemporánea con la obra para Coro titulada SIMULACROS. Organizado por Agrupación Beethoven y Goethe Institut. Santiago-Chile
1979 Premio Festivales de Música Chilena de la Universidad de Chile con la obra para Orquesta titulada VARIACIONES. Universidad de Chile. Santiago-Chile
1979 Tercer Premio Concurso Latinoamericano de Cuartetos de Cuerda con la obra para Cuarteto de Ciuerdas titulada CUATRO PIEZAS. Organizado por Agrupación Beethoven y Goethe Institut. Santiago-Chile
1981 Segundo premio, con la obra para Violncello y Orquesta titulada TRANSCURSOS. Concurso de Composición de la Universidad Católica de Chile. Santiago-Chile
1984 Premio del Conservatorio de París, con la obra para Violín, Clarinete y Violoncello titulada VETRO. Otorgado por la Accademia Musicale Chigiana de Siena, Italia
1999 Premio Charles Ives, Obra de encargo, ViKaCH I para saxo y percusión. Instituto Chileno Norteamericano de Cultura. Santiago-Chile
2004 Premio Consejo Chileno de la Música. CIM. UNESCO. Medalla Creación Santiago-Chile
2004 Premio Orquesta Moderna de Chile. Mejor Compositor VI Temporada de Conciertos 2004. Escuela Moderna de Música. Santiago-Chile
2005 Premio Presidente de la República 2005. Música Clásica. Gobierno de Chile. Santiago-Chile
2010 Premio ALTAZOR por la obra para Flauta y Piano titulada RETRI Artistas de Chile. Santiago. Chile
2013 Premio a la Excelencia en la Creación Artística, Pontificia Universidad Católica