La dirección del Hospital del Salvador desmintió la muerte de dos pacientes en el recinto durante el paro de los trabajadores. Los trabajadores exigieron la presencia de los ministros del Obras Públicas y Salud en la reunión de este jueves, que podría ser decisiva para el término de movilización que ya cumplió 23 días.

El director del Hospital del Salvador, Carlos Altamirano, negó que hayan muerto dos pacientes al interior del recinto producto de la paralización de funciones, como se dio a conocer el martes durante la mesa de diálogo entre trabajadores y el gobierno, que busca destrabar el conflicto.

Altamirano informó que los dos fallecimientos no se produjeron dentro del recinto, sino que en hospitales del norte del país, mientras esperaban el traslado hacia hospital de Providencia para recibir atención especializada.

Este miércoles además se informó que los funcionarios de Unidades Críticas del establecimiento también se plegaron al paro. Pese a ello, la presidenta de la Multigremial del Servicio de Salud Metropolitano Oriente, Karen Palma, aseguró que continuarán con los turnos éticos para evitar que se produzcan muertes durante el paro.

Lo que ha sido inevitable es que durante estos 23 días más de diez mil consultas y más de 800 cirugías se hayan suspendido. Además, según cifras del servicio de salud metropolitano oriente se han gastado más de 510 millones de pesos por la compra de camas a privados y otros procedimientos.

El jueves podría ser un día clave para terminar con la movilización. Los trabajadores se vuelven a reunir con representantes del gobierno, pese a la solicitud que habrían hecho los funcionarios de encontrarse con los ministros de Salud y Obras Públicas, en una mesa que tendrá como fin terminar con el paro.

Los trabajadores piden que el gobierno explique sus argumentos para no terminar con la concesión, pese a que la propia presidenta Michelle Bachelet se manifestó en campaña en contra de aplicar este modelo en el ámbito de la salud.

El diputado, Juan Luis Catro reconoció que la instancia de diálogo llega algo tardía, sin embargo, espera que pueda destrabar el conflicto.

Frente a la presión de los trabajadores, el gobierno tendría tres opciones: terminar con la concesión, que es lo que exigen en primera instancia los funcionarios, adecuar los contratos para limitar el actuar de las empresas concesionarios al momento de explotar el recinto o bien realizar sólo la construcción del hospital bajo el modelo de concesiones y administrarlo con recursos del Estado.

Así lo explicó el vocero de la Fundación Creando Salud, Matías Goyenechea.

Existen dos vías para terminar un contrato de concesión. Una es el mutuo acuerdo y la otra invoca el interés público. Por mutuo acuerdo las parten firman un contrato y coordinan las condiciones del término.

Mientras que invocando el interés público, el gobierno debe indemnizar a la empresa por la inversión en los costos en los que habría incurrido.