Lota enfrenta realidades dispares en sus dos grandes proyectos habitacionales. El alcalde Patricio Marchant exige al Gobierno voluntad política, mientras cientos de familias esperan por varios años que se concreten las iniciativas de Lota Green y Fuerte Viejo.
Lota Green tuvo serias dificultades, debido a que el Consejo de Monumentos Nacionales cuestionó el emplazamiento del proyecto para 680 familias lotinas, la mayoría de ellas damnificadas del terremoto.
Sin embargo, la declaración de impacto ambiental fue aprobada y el municipio está entregando este martes los permisos de edificación a la constructora.
El alcalde Patricio Marchant dijo que en la espera, decenas de familias abandonaron el proyecto, por lo que ahora se trabaja con el Serviu en abrir las postulaciones. Si todo sale bien, luego comenzaría la construcción de los departamentos.
En tanto, el otro gran proyecto habitacional en la comuna, llamado Fuerte Viejo, no registra avances. Pese a que el alcalde logró que Bosques Arauco rebajara a la mitad el precio del terreno que se debe adquirir, el Gobierno no ha dado señales de que la compra se vaya a concretar.
Varios parlamentarios han hecho gestiones con el Ministerio del Interior y la Subdere, pero es necesaria voluntad política, a juicio del alcalde Marchant.
Fuerte Viejo es un proyecto social que daría solución habitacional a unas 1.500 familias de Lota. Éste se emplazaría en un paño entre la Ruta 160 y el monumento histórico nacional Fuerte Viejo, y la idea es que pueda albergar además otro conjunto de viviendas para clase media y un nuevo terminal de buses para la comuna.