De recinto penal a casa de acogida para personal del Ejército, ese es el futuro del antiguo Penal Cordillera, el que hasta hace diez meses funcionaba como recinto de reclusión para ex militares en la comuna de Peñalolén.

El uso de dicho espacio fue autorizado por el ex presidente Ricardo Lagos en 2004 para acoger a oficiales en retiro del ejército acusados de violaciones a los Derechos Humanos.

El general (r) Manuel Contreras y el brigadier (R) Miguel Krassnoff, fueron algunos de los ex uniformados que pasaron por este lugar, que funcionó hasta que Sebastián Piñera decretó su cierre el 26 de septiembre de 2013 y trasladó a sus diez internos a Punta Peuco, señala La Tercera.

El comandante en jefe del Ejército, general Humberto Oviedo, señaló que estas instalaciones “van a satisfacer las necesidades de muchas familias que estén en tratamientos complejos en el Hospital Militar, y que provengan de zonas lejanas, como Porvenir, Puerto Natales, Tierra del Fuego y muchas otras, del norte y todo Chile”.

La remodelación del Penal Cordillera significó una inversión de 120 millones de pesos y desde ahora estará al mando del Comando de Bienestar del Ejército bajo el nombre de “Casas de Acogida para las cargas familiares del personal del Cuadro Permanente”.

Son cinco las cabañas que componen el recinto que desde su reinauguración tendrá una labor social, según dijo al matutino, el general Oscar Álvarez. “Anualmente, se reciben más de dos mil 200 solicitudes de personal y sus familias que viven en zonas alejadas, para recibir algún tipo de ayuda en sus tratamientos en Santiago. Estas instalaciones nos permitirán aumentar esa cobertura”, sostuvo.

Destacar que el proceso de transformación tendrá una segunda etapa, que consistirá en mejorar las áreas verdes; y también una tercera, que la buscará recuperar la casona de ingreso como “bien patrimonial”, para huéspedes y familiares de los mismos pacientes.