Como cualquier otro trabajador, el Papa Francisco sorprendió a los empleados del Vaticano que almorzaban en el casino que usan a diario, al llegar a comer junto a ellos.

Tal como informó ABC.es, el pontífice sorprendió una vez más con sus gestos de cercanía hacia las personas, tomando una bendeja, cubiertos y un vaso, y poniéndose en la fila junto a los demás empleados para comer con ellos.

El encargado de la cocina explicó que el Papa se interesó por las labores de los trabajadores, y los elogió, mientras comieron y compartieron en la mesa por cerca de una hora.

Antes de irse, les dio su bendición, los elogió y se marchó a sus propias labores de pontífice, en medio de la conmoción que dejó muy alegres a los presentes.

Osservatore Romano | AFP

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