El escritor de 79 años, recientemente postulado por Editorial Alfaguara al Premio Nacional de Literatura, relata en su libro “Tierra Amarilla”, las desventuras de un periodista que encuentra gigantescas dificultades al investigar la propiedad y la extracción del agua en la región de Atacama.
La novela publicada por el Fondo de Cultura Económica, narra la historia de un periodista que llega hasta Tierra Amarilla, localidad del Norte Chico, para cubrir los ataques del “chupacabras”, pero recién llegado a la ciudad, comienza a notar que otros problemas que afectan a los pobladores de la comuna son mucho más importantes, como la sequía que afecta a los agricultores y la contaminación de las faenas industriales del sector.
Estas dificultades se van revelando a medida que el personaje principal convive con temporeros, agricultores, prostitutas y comerciantes, mostrando cómo poderosos hombres de la zona son capaces de controlar todo.
Como señala Álvaro Matus en la presentación de la obra, “una vez más, German Marín da muestras de su inagotable talento para combinar su imaginación torcida, única, con los horrores políticos que sacudieron al país en el pasado reciente”.
Matus enfatiza respecto a la publicación que “Tierra Amarilla”, está escrita con la violencia y la libertad, que han convertido a Marín en un autor absolutamente radical, ineludible a la hora de explicar nuestra memoria y el desasosiego que nos embarga. Su obra, sin duda, atravesará las modas y el tiempo”.
Autor de un conjunto de obras de gran fuerza y de un carácter reconocidamente polémico, Germán Marín ha transitado por la literatura como lo ha hecho por la vida, de manera franca y frontal. En sus obras, críticas y artículos, ha dejado la impronta de una escritura directa, a la vez que intensa y no exenta de riesgos, tanto estilísticos como vitales y políticos.
Alejado de las convenciones de lo políticamente correcto, Marín es, como señala el académico de la Universidad de Concepción, Mario Rodríguez, “uno de los narradores chilenos que presenta en la actualidad una de las obras más logradas, sugerentes e interesantes de la narrativa chilena de fin de siglo y comienzos del actual”.
Pese al halo conflictivo que lo envuelve, la obra de Marín despierta el interés y los elogios de críticos como Camilo Marks y Álvaro Bisama, que ven una propuesta estilística sólida y una densidad escritural no muy común en la narrativa chilena.