El presidente boliviano, Evo Morales, lanza la tarde del viernes en La Paz su campaña electoral para las elecciones generales de octubre, en las que se perfila como favorito para conseguir un tercer mandato consecutivo hasta 2020.

El Movimiento al Socialismo (MAS) liderado por Morales, primer presidente indígena de Bolivia y líder de los cocaleros, tiene previsto concentrar una multitud en una plaza de La Paz, en lo que será el arranque de su campaña, dijo a la AFP Pascual Guarachi, jefe del bloque parlamentario oficialista.

“El Movimiento Al Socialismo proclama a su candidato a la presidencia en un acto con la presencia de militantes y organizaciones sociales de todo el país”, señaló Guarachi.

Evo Morales y su vicepresidente Alvaro García irán por un tercer mandato para el período 2015-2020, con los logros económicos de su gobierno como principal arma para conquistar nuevamente al electorado.

Ambos ganaron las elecciones para un primer período 2006-2011, tras arrollar a la derecha con el 54% de los votos.

Morales, de orígen aymara, acortó su primer mandato y llamó a elecciones en 2009 luego de que entrara en vigencia una nueva Carta Magna, de corte nacionalista e indigenista.

En esos comicios revalidó el cargo para la gestión 2010-2015, con el 64% de apoyo en las urnas.

A poco más de dos meses para los comicios Morales inicia su campaña como claro favorito y con una oposición fragmentada.

El actual presidente encabeza las encuestas con el 38,3% de las intenciones de voto, seguido del empresario Samuel Doria Medina con el 14% y del centroizquierdista Juan del Granado con el 5,9%, según los últimos sondeos.

El diputado oficialista Guarachi destacó que los logros económicos serán el principal argumento de campaña electoral.

“No nos olvidemos que nuestro país desde mucho tiempo atrás es un país solvente, que tranquilamente puede resolver sus temas económicos, sin ser mendigos de nadie”, aseguró el legislador.

El gobierno de Bolivia sostiene que tras decretar la nacionalización de sus hidrocarburos en 2006, en manos de una docena de compañías extranjeras, el país pudo experimentar un crecimiento económico sostenido de 5% anual en promedio.

Morales aplicó una serie de subsidios y ayudas sociales gracias a los ingresos provenientes de la venta de gas natural, cuya producción es controlada por el Estado, mientras reorientó las relaciones diplomáticas hacia países como Venezuela, Cuba e Irán y congeló al máximo los vínculos con Estados Unidos.