Con emotivas palabras y con globos blancos que fueron lanzados al aire, fue despedido la tarde de este viernes en el cementerio parque de Curicó el niño Miguel Ángel Norambuena, víctima de un presunto acto negligente de los profesionales del hospital de emergencias.

Recordemos que el bebé falleció al momento de nacer y antes que su progenitora subiera a una ambulancia del consultorio de Rauco, y después de que la mujer habría sido enviada devuelta a su domicilio un par de horas antes por una “decisión técnica” de dos matronas y un médico de turno del citado hospital.

Un examen que midió contracciones fue el elemento objetivo que utilizaron los profesionales para enviar a la mujer a su casa, por “un falso trabajo de parto a las 37 semanas de gestación”, según revela el informe de atención que firmó el médico en turno.

Lo concreto es que en Rauco las contracciones de la mujer aumentaron después de haber sido inyectada con un viadil y de madrugada se produjo un parto explosivo, con las trágicas consecuencias ya conocidas.

Uno de sus abuelos, Carlos Baeza fue el encargado de despedir el pequeño cuerpo en el camposanto curicano.

Hay que señalar la que agrupación “Justicia por Amor” por intermedio de su presidenta Erika Adasme se manifestó dispuesta a asesorar a esta familia, para que se investigue la muerte de este menor y se establezcan responsabilidades.