La ofensiva israelí contra el movimiento islamista palestino Hamas ha dejado más de 550 palestinos muertos, en su mayoría civiles, y 25 soldados israelíes en la Franja de Gaza, a pesar de los llamados internacionales para un alto el fuego que se intensificaron este lunes.

Tras una funesta jornada de domingo con más de 140 palestinos y 13 soldados israelíes muertos, Israel estaba determinado a continuar con su operación para detener el lanzamiento de cohetes desde Gaza contra su territorio pese al llamado realizado ese mismo día del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a “un cese inmediato de las hostilidades”.

Desde el inicio el 8 de julio de la operación Protective Edge (Barrera protectora), que entró en su fase terrestre nueve días después, los bombardeos y ataques israelíes mataron a al menos 559 palestinos, en su mayoría civiles, y dejaron 3.000 heridos.

Dos civiles y 25 soldados israelíes murieron también desde el inicio de las hostilidades, de los cuales siete militares perdieron la vida en las últimas 24 horas.

Israel busca con este quinto conflicto desde la retirada unilateral de su ejército de Gaza en 2005, romper la capacidad de Hamas para lanzar cohetes y para acceder al territorio israelí a través de los túneles construidos por este movimiento.

El ejército israelí anunció también haber matado a “más de 10 terroristas”, cuando intentaban infiltrarse en Israel a través de uno de estos túneles.

Unos sesenta cohetes lanzados desde Gaza alcanzaron este lunes territorio israelí sin causar víctimas. En total, desde el 8 de julio, se han lanzado unos 1.500 proyectiles desde este superpoblado enclave palestino, donde más de la mitad de sus 1,8 millones de habitantes vive bajo el umbral de la pobreza.

Los servicios de salud palestinos informaron por su parte que unos 40 palestinos murieron este lunes en los bombardeos y ataques israelíes, uno de ellos contra un hospital de Gaza, donde fallecieron cuatro personas. Los nueve miembros de una familia, entre ellos siete niños, también perecieron en otro ataque.

LLAMADOS INTERNACIONALES

En la Franja de Gaza, las 67 instalaciones de Naciones Unidas empezaban a ser insuficientes para albergar a los 87.000 desplazados.

A pesar de las muertes en ambos bandos, el ministro israelí encargado de los Servicios Secretos, Youval Steiniz, estimó que los combates durarían “mucho tiempo”, mientras que su homólogo de Comunicación señaló que “no era el momento de hablar de un alto el fuego”.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, juzgó por su parte que la operación “superaba las expectativas” respecto a la destrucción de túneles subterráneos de Hamas -que controla la Franja-, hacia Israel.

En Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU pidió el domingo “volver al acuerdo de alto el fuego de noviembre de 2012″ entre Israel y Hamas, e hizo un llamamiento “al respeto de las leyes humanitarias internacionales, especialmente sobre la protección de civiles”.

Antes de llegar a El Cairo, el secretario general de Naciones Unidas, de gira por Oriente Medio, denunció la “acción atroz” del ejército israelí en Shejaiya, donde 70 palestinos murieron el domingo.

Para el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, que se reunió en Doha con el jefe de Hamas en el exilio, Jaled Meshal, el bombardeo de Shejaiya representa un “crimen contra la humanidad”. Ambos instaron al fin de la “agresión israelí” en Gaza y al levantamiento del bloqueo.

Rusia también pidió un alto el fuego, así como “un acción inmediata de la comunidad internacional”.

En señal de solidaridad, tres mil personas protestaron contra el “genocidio del ejército israelí en Gaza” en Nazaret, la ciudad árabe israelí más importante, donde se registraron enfrentamientos con la policía.