Cinco muertos y 24 heridos dejó en Nicaragua un ataque a tiros perpetrado por desconocidos contra simpatizantes del gobierno de Daniel Ortega, tras participar en la celebración del 35 aniversario de la revolución sandinista, informaron autoridades locales.

Las víctimas, que viajaban la noche del sábado de Managua a sus lugares de origen, fueron atacadas por hombres armados que dispararon contra dos caravanas de autobuses, una en el sector conocido como Las Calabazas, a 74 km al norte de Managua.

En dicho lugar murieron cuatro personas y otra en San Ramón, en el departamento de Matagalpa, a 140 km al norte de la capital, donde murió la quinta víctima.

“En estos momentos nos llena de ira, nos llena de dolor y hasta el momento tenemos 24 heridos, cuatro muertos, aquí en Las Calabazas, entre jóvenes, mujeres, esto no tiene nombre”, declaró al oficialista Canal 4 el alcalde de Matagalpa, Zadrach Zeledón.

La otra víctima pereció en el ataque a la caravana en el municipio de San Ramón, según el alcalde.

Los simpatizantes del gobierno regresaban a sus comunidades tras participar en Managua en un multitudinario festejo por el 35 aniversario de la revolución sandinista, que puso fin a la dictadura de Anastasio Somoza.

“Fuimos interceptados por un grupo de gente armada que estaba en la parte alta de la carretera, haciendo varias detonaciones con arma de fuego que impactaron en el bus”, manifestó Dani Espinoza, uno de los simpatizantes sandinistas que viajaba en el bus atacado en Las Calabazas.

El Ejército y la Policía aún no se han pronunciado sobre el hecho, pero fuentes extraoficiales indican que se han movilizado tropas con apoyo de perros y helicópteros a la zona en busca de los responsables.

El gobierno tampoco se ha manifestado sobre este acto inédito desde la década de 1990, cuando terminó el conflicto armado entre sandinistas y guerrillas de la llamada contrarevolución.

Las autoridades han negado en distintas ocasiones la existencia de grupos armados con fines políticos en el país, ante la publicación de comunicados en redes sociales de supuestas organizaciones armadas antisandinistas. El gobierno los califica de delincuentes comunes.