Rayen Araya: “Crisis migratoria en Estados Unidos: ¿Cómo andamos por casa?”

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Dos crisis humanitarias azotan al mundo de manera simultánea. Por un lado lo que pasa en Gaza y las muertes de inocentes día a día. Por otro, la gigantesca migración a Estado Unidos de niños solos, provenientes de centroamérica principalmente. Dos crisis del entendimiento, la razón, la falta de humanidad y de política adecuada.

El presidente Obama ha pedido un fondo especial al congreso, de 3.700 millones de dólares para tratar de paliar esta crisis que tiene de cabeza al servicio migratorio y los centros de acogida para menores que llegan sin compañía de un adulto y deben esperar en promedio un año y medio para resolver su situación, ya sea que les permitan quedarse en los Estados Unidos, o bien sean deportados a sus países de origen.

En 8 meses, se ha detenido a 52 mil menores de edad sin acompañante. ¿Qué hacer con miles de inmigrantes, niños, como nuestros niños, que llegaron solos buscando algo mejor? Deportarlos ya, deportarlos después, reunirlos con sus familias que están en USA pero indocumentados, o tomar en serio lo que significa una reforma migratoria, base de las promesas de campaña del presidente Obama y establecer mejores escenarios para millones de extranjeros?

¿Cómo nos compartamos, como ciudadanía y como Estado, ante los “ilegales”? ¿Ante los que con mucho esfuerzo logran tener papeles al día, pero sus condiciones de vida están lejos de la justicia que implica la igualdad de trato?

Es una realidad que aún no tomamos en serio, y que está más cerca de lo que pensamos.

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Dos crisis humanitarias azotan al mundo de manera simultánea. Por un lado lo que pasa en Gaza y las muertes de inocentes día a día. Por otro, la gigantesca migración a Estado Unidos de niños solos, provenientes de centroamérica principalmente. Dos crisis del entendimiento, la razón, la falta de humanidad y de política adecuada.

El presidente Obama ha pedido un fondo especial al congreso, de 3.700 millones de dólares para tratar de paliar esta crisis que tiene de cabeza al servicio migratorio y los centros de acogida para menores que llegan sin compañía de un adulto y deben esperar en promedio un año y medio para resolver su situación, ya sea que les permitan quedarse en los Estados Unidos, o bien sean deportados a sus países de origen.

En 8 meses, se ha detenido a 52 mil menores de edad sin acompañante. ¿Qué hacer con miles de inmigrantes, niños, como nuestros niños, que llegaron solos buscando algo mejor? Deportarlos ya, deportarlos después, reunirlos con sus familias que están en USA pero indocumentados, o tomar en serio lo que significa una reforma migratoria, base de las promesas de campaña del presidente Obama y establecer mejores escenarios para millones de extranjeros?

¿Cómo nos compartamos, como ciudadanía y como Estado, ante los “ilegales”? ¿Ante los que con mucho esfuerzo logran tener papeles al día, pero sus condiciones de vida están lejos de la justicia que implica la igualdad de trato?

Es una realidad que aún no tomamos en serio, y que está más cerca de lo que pensamos.