Un pequeño tsunami se registró la noche del viernes al sábado en el noreste de Japón, tras un fuerte sismo de 6,8 grados de magnitud registrado frente a las costas de Fukushima, donde se encuentra la central nuclear accidentada en 2011.

Una primera crecida de 20 cm del nivel de las aguas se registró ya menos de una hora después del sismo en Ishinomaki, la ciudad costera más afectada hace tres años y medio. Olas de unos centímetros llegaron a varios puntos de las prefecturas de Miyagi, Iwate y Fukushima.

Los habitantes de las localidades de la prefectura de Iwate, más al norte, recibieron un consejo de evacuación inmediatamente, pero no se informó de ningún herido ni daños en un primer momento.

La alarma de los teléfonos móvilesen el país sonaron una treintena de segundos antes del temblor para avisar de la posibilidad de que ocurriera, gracias a un sistema de detección precoz y de informaciones de la agencia de meteorología.

Poco después, la información fue confirmada por la agencia meteorológica y aparecieron de inmediato los primeros testimonios en Twitter, incluido el de un trabajador de Fukushima que escribió “increíble sismo”.

Según la cadena pública NHK, al menos tres ancianos de la prefectura de Fukushima sufrieron caídas durante los temblores y se lastimaron.

Unos minutos después del sismo, la compañía gestora de las dos centrales nucleares de Fukushima, Fukushima Daiichi y Daini, indicó que “de momento no se detectó ninguna anomalía en las instalaciones”.