Un 29% cayó la inversión extranjera directa en Chile durante 2013, según reveló un informe elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal.
De acuerdo al estudio, las inversiones que se ubicaron en nuestro país el año pasado se cifraron en 20.258 millones de dólares, casi 8.300 millones menos a los registrados en 2012, y poco más de 3.000 millones menos a los percibidos en 2011.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, afirmó que el precio internacional, los costos de producción y la demanda de cobre de China explican la menor inversión.
Desde el sector empresarial local, el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril -Sofofa-, Hermann von Mühlenbrock, afirmó que la propuesta de reforma tributaria del Gobierno es una de las variables que explica esta caída de la inversión extranjera.
Uri Wainer, ex gerente de Comercio Exterior del Banco Central, descartó que el debate tributario afecte o haya afectado la inversión extranjera en nuestro país, asegurando que la estabilidad del país, el capital humano, o la estructura institucional son los factores que los empresarios ponderan a la hora de invertir.
A juicio del economista, el término de un ciclo en la minería explica la caída del 29% en la inversión extranjera.
Desde el Ejecutivo, el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, desdramatizó la caída de la inversión, destacando la elaboración de políticas públicas para enfrentar este menor ingreso de capitales extranjeros.
La inversión extranjera también cayó en otros países. En Argentina retrocedió un 25%; en Paraguay, un 20%; y en Perú, en 17 puntos porcentuales. Hubo disminuciones más sustantivas, como la registrada en El Salvador, donde la entrada de capitales bajó un 71%.
Sin embargo, América Latina y el Caribe, como región, recibió 184.920 millones de dólares durante 2013, un 5% más que lo registrado un año antes.
Los países que experimentaron las mayores alzas fueron Bolivia, con un 35%; Ecuador, con un 20%; y Nicaragua, con un 61%.
El informe de la Cepal incluyó un estudio sobre los efectos de la inversión extranjera sobre el empleo, estableciendo que el aporte de las empresas multinacionales durante la última década ha sido secundario.
En un cálculo optimista, no más del 5% de la creación neta de puestos de trabajo fue gracias a las grandes compañías extranjeras.