El mandatario Juan Manuel Santos y el derechista Óscar Zuluaga, opuesto al proceso de paz con las FARC, disputarán la presidencia de Colombia en segundo turno el 15 de junio, tras las votaciones de este domingo que dieron una ventaja valiosa al candidato opositor.
“Los colombianos tendrán 2 opciones. Podrán escoger entre quienes queremos el fin de la guerra, y quienes prefieren guerra sin fin”, dijo Santos, al grito de “¡paz!, ¡paz!” de seguidores que lo acompañaron en su comando.
Tras una campaña marcada por el debate en torno al diálogo que el gobierno adelanta en Cuba con la guerrilla comunista FARC, Zuluaga superó al presidente al obtener el 29,3% de los votos contra el 25,7% de Santos, escrutado el 99,9% de las mesas.
Al no haber alcanzado ninguno el 50% más uno de los sufragios, deberán medirse nuevamente en tres semanas.
“No podemos dejar que las FARC pretendan comandar el país desde La Habana”, dijo el opositor de 55 años ante sus votantes, al insistir en que buscará una paz sin impunidad para los “crímenes atroces” de la guerrilla.
Santos, en el poder desde 2010, busca un nuevo mandato de cuatro años para sellar el acuerdo que negocia con las FARC desde noviembre de 2012, y que según su adversario permitirá la incorporación política de los rebeldes sin previo castigo.
Santos y Zuluaga, aliados en el pasado, protagonizaron una campaña cargada de acusaciones de guerra sucia y llegarán a segunda vuelta con posturas irreconciliables frente a las FARC, mayor guerrilla del país con unos 8.000 combatientes y 50 años de lucha armada.
La abstención rondó el 60% -lo que según analistas se debió al hastío por la campaña-, tras una jornada considerada por el gobierno como la más segura en la historia reciente, en medio de la tregua electoral unilateral que declararon las FARC y la segunda guerrilla del país, el ELN.
Santos, un liberal de centroderecha de 62 años, perdió con poco margen frente a Zuluaga, apadrinado por el exmandatario Álvaro Uribe y quien ofreció durante la contienda condicionar el diálogo a un cese unilateral del fuego de los rebeldes.
Zuluaga recogió la bandera de lucha de Uribe, el popular exmandatario (2002-2010) y senador electo del partido Centro Democrático que encabeza la oposición a Santos, su exministro de Defensa, a quien acusa de haberlo traicionado por entablar negociaciones con la guerrilla.
“Zuluaga va a poner las cosas sobre la mesa, que haya paz sin impunidad, no lo que está haciendo el doctor Santos”, dijo a la AFP Henry Gallan, vendedor de equipos de seguridad de 58 años.
La conservadora Marta Lucía Ramírez, se ubicaba tercera con 15,5% de los votos, seguida de la izquierdista Clara López (15,2%) y el independiente Enrique Peñalosa (8,3%).
Las alianzas serán la clave
“Lo que va a definir las posibilidades de ganar en una segunda vuelta van a ser las alianzas”, dijo a la AFP Carlos Medina, del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz de la Universidad Nacional.
En ese sentido, Santos envió una primera señal de acercamiento a izquierda, independientes y al sector conservador que respaldan la negociación en Cuba.
“Los convoco a que se unan en esta cruzada por la paz”, sostuvo.
Su contendor invitó a Ramírez, exministra de Defensa de Uribe, a unir “esfuerzos” de cara a la 2º vuelta.
A lo que Ramírez respondió que tomará esa decisión “en función de lo que le convenga a Colombia” y a que elementos de su programa, como la lucha anticorrupción, estén en “la agenda” del próximo gobierno.
A su vez, López anunció que se reunirá el lunes con su partido y “demás sectores de la izquierda democrática” para tomar una decisión conjunta sobre a quién apoyar. Mientras que Peñalosa adelantó que decidirá lo que considere mejor para la gente.
Santos tendrá tres semanas para convencer a un electorado, que en principio acogió la propuesta de la oposición derechista de hacer menos concesiones en Cuba.
Convencido de que no se puede acabar hasta con el último guerrillero, Santos asegura que los acuerdos con las FARC serán refrendados por los colombianos.
Las partes, que negocian en medio del fuego, han alcanzado consensos parciales en el problema agrario -origen del conflicto-, la participación política de la guerrilla y el narcotráfico.
El debate en torno a las negociaciones de paz eclipsó otras preocupaciones, como el deficiente sistema de salud, la alta informalidad laboral y la fuerte desigualdad social en un país que creció 4,3% en 2013.
“El resultado todavía no es del todo negativo para Santos, pero sí muestra un país dividido en el que Zuluaga capitalizó la desconfianza de millones hacia las FARC”, indicó a la AFP Miguel García, codirector del Observatorio de Democracia de la Universidad de los Andes.