Después de una noche de alcohol, es común que aparezcan síntomas como dolor de cabeza intenso, náuseas y vómitos, es decir, la llamada resaca. Pero ¿es cierto que cuando mezclas distintos tipos de estas bebidas las consecuencias son peores?
Existen investigaciones que datan del año 2000 y que aseguran que este temido efecto es causado por la “deshidratación, los cambios en los niveles de hormonas como la aldosterona y el cortisol y los efectos tóxicos producidos por el alcohol”. A eso, se agrega que existe una desestabilización del sistema inmune, provocando el clásico dolor de cabeza y los mareos.
La cadena británica BBC señala que mientras más fuerte sea la bebida y más rápido se consuma, las consecuencias serán aún más complejas. No obstante, y pese a lo que se cree, en ocasiones la resaca no es directamente proporcional a la cantidad de alcohol en el cuerpo.
Esto último, está amparado en un estudio aplicado a un grupo de jóvenes de Dinamarca, a quienes se les hizo consumir 12 unidades de alcohol (es decir, cuatro vasos de vino de 250 ml.) y a pesar de aquello ninguno experimentó efectos adversos.
Es muy probable que si experimentas dolor de cabeza y una sensación de garganta raspada o seca, se deba a una combinación de 3 o más tipos de trago.
¿Es eL color un factor a considerar?
Es de conocimiento médico, que la sustancia conocida como Etanol es la encargada de provocar la intoxicación en nuestro cuerpo. Pero también existen otros ingredientes y características que debemos tener en cuenta a la hora de beber.
Durante años, la industria ha mencionado la existencia de “congéneres”, que no son más que sustancias producidas durante la fermentación. La acetona, acetaldehído o el aceite de fusel, son parte de dichos elementos y, por ejemplo, en el whisky están 37 veces más presentes que en el vodka, señala el medio británico.
Al respecto, un grupo de expertos estadounidenses reunió a un conjunto de jóvenes que si bien bebían, no tenían problemas de alcoholismo. Durante el estudio, se les dio bourbon o vodka mezclado con bebidas cola, pero también hicieron que consumieran placebos de estas bebidas.
Cada uno bebió entre 3 a 6 unidades, lo que generó una concentración de 0,11 gramos de alcohol por cada 100 mililitros de aire que aspiraban. Tal dosis, provocó que los jóvenes excedieran incluso 5 veces la norma permitida al momento de conducir en su país de origen.
Tiempo más tarde, se fueron a dormir a una clínica y fueron despertados a las 7 de la mañana, tomaron desayuno y luego efectuaron una serie de pruebas. Tras terminar el estudio, los investigadores pudieron concluir que aquellos que dijeron haber tomado bourbon con bebida cola, habían experimentado la resaca más poderosa. No obstante, su desempeño en las pruebas de reacción fue positivo.
De este modo, se llegó a la respuesta que las bebidas claras como el vodka o el ginebra provocan resacas más leves. Sin embargo, es usual que los bebedores prefieran bebidas oscuras, lo que sería el detonante de un dolor de cabeza de aquellos.
Los expertos señalan que el vino es casi 4 veces más fuerte que la cerveza. Por lo mismo, si se comienza con la última, el efecto de intoxicación será menor y provocará una pérdida de juicio más pequeña.
No obstante, si la persona decide comenzar por el vino y los licores más potentes, entonces se embriagará más rápido, sus reacciones serán más lentas y su juicio se verá afectado profundamente y por ende tendrá menos consciencia de cuánto está bebiendo.
Finalmente, los estudios avalan que no es la mezcla de los tragos la que provoca la resaca, sino que a la alta cantidad de los mencionados congéneres y a un descontrol personal por situaciones emocionales que escapan de los investigadores.