Probablemente cuando a una persona le informan que es el único caso de un tipo de cáncer en Chile, que éste no tiene un tratamiento en específico y que además, fallecerá en 6 meses, a ésta no le quede otra que resignarse y hacerse la idea de que más temprano que tarde tendrá que partir.
Pero éste no es el caso de Macarena Labarca. Corría noviembre de 2011 y la joven cumplía 18 años. Como cualquier persona que alcanza la mayoría de edad, celebró junto a sus amigos. A partir de entonces comenzó a notar que su estómago se hinchaba como si estuviera embarazada.
Una semana después de su cumpleaños, a Macarena le diagnosticaron cáncer. Mas no fue cualquiera, sino que uno que afecta a personas mayores de 60 años: mesotelioma maligno peritoneal patrón tubulo papilar.
La “Maca” es hija única y vive sola junto a su madre en Talcahuano. Cuando a ambas les dieron la noticia, quedaron perplejas. “Fue un momento fuerte, porque hace una semana celebraba mis 18 años y ahora me estaban diciendo que me iba a morir en 6 meses”, relata la joven.
Comenzó a tratarse en un centro asistencial de la zona, pero como allí la desahuciaron, inició una nueva búsqueda para que la medicina le permitiera seguir viviendo, y fue así como llegó hasta el Instituto Oncológico de Providencia.
Las ganas de vivir de Macarena son muchas, pero el dinero es poco, más aún considerando que se atiende de manera particular pues el AUGE no cubre su tipo de cáncer y el plan de Fonasa que tiene no le ayuda a costear el tratamiento.
Por el altísimo valor de las intervenciones que deben realizarle, la organización de beneficios les ha servido para paliar en parte estos gastos. Por ejemplo la última operación de Macarena costó 40 millones de pesos, y hasta ahora se ha sometido a 38 ciclos de quimioterapia, por las que debe desembolsar alrededor de 2 millones de pesos cada 21 días.
Ya lleva dos años y medio con su enfermedad, y cuenta con orgullo que ha luchado contra todo por ganar esta dura batalla. “Imagínate, al comienzo me daban nada más que 6 meses porque no había tratamiento, y ya llevo más de dos años viva contra todo pronóstico. El año pasado di la PSU, quedé en enfermería en la U de Conce y he recibido mucho apoyo ahí. Hasta del mismo rector”, narra la joven.
“Con mi enfermedad me he dado cuenta, además, que tengo amigos incondicionales, siempre han estado preocupados por mí. Incluso cuando me operaron en Santiago, viajaron a verme por el día. Por otro lado, en la U mis compañeros han sido excelentes y mi mamá es fundamental en esta lucha” afirma Macarena. “Mi mamá siempre ha sido una mujer súper resiliente y eso me ha ayudado mucho. Con ella nos saltamos la fase de la negación en esta enfermedad y dijimos que íbamos a superarlo todo, que íbamos a dar la pelea”.
Para que Macarena continúe luchando, pide la colaboración para un nuevo evento a beneficio que se realizará este sábado 24 de mayo a las 18:00 horas en el gimnasio A del Colegio Concepción, ubicado en la Avenida Pedro de Valdivia 1945. Se trata de una fiesta de zumba que contará con la participación del bailarín Rodrigo Díaz. Las entradas se pueden encontrar a 4 mil pesos y se reservan al número 66670397 o en la página del evento.
A continuación parte de la transformación de Macarena: