La presidenta Michelle Bachelet, anunció que propondrá la despenalización del aborto por violación, riesgo de la madre o inviabilidad del feto, durante su primera cuenta pública ante el Congreso Pleno.
Esta declaración causó de inmediato reacciones en sectores más conservadores, como la Unión Demócrata Independiente, y la Iglesia Católica.
Al respecto, el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, señaló que “nosotros lo hemos dicho muy claramente que la vida es el valor fundamental y es el valor que hay que proteger en todos los ámbitos”.
“Con todo el respeto que me merecen las mascotas, creo que la persona humana y la vida humana valen más que eso”, señaló la máxima autoridad de la Iglesia Católica en nuestro país.
Por su parte la senadora por el Bío Bío, Jacqueline van Rysselberghe, expresó su apoyo a las declaraciones de Ricardo Ezzati, señalando que también comparte que debe haber un criterio de respeto a la vida humana.
Desde el movimiento Amplitud, en tanto, la senadora Lily Pérez mostró su rechazo a parte de la iniciativa, indicando que “no somos partidarios en casos de violación”, postura que también compartió el senador de Renovación Nacional, Andrés Allamand.
No obstante, desde el oficialismo el senador Guido Girardi (PPD) destacó la despenalización del aborto, pues a su juicio “hay que salir de dictaduras morales”.
Junto a El Salvador, Honduras y Nicaragua, Chile es de los pocos países en el mundo en el que no está permitido el aborto en caso de riesgo de la madre o inviabilidad del feto, ni tampoco en caso de violación.
El aborto terapéutico estuvo permitido hasta el año 1989, cuando la dictadura de Augusto Pinochet lo abolió.