La solidaridad contra el individualismo a ultranza ocupan el primer plano en “Dos días, una noche”, nueva crónica social de los hermanos Dardenne, con una Marion Cotillard conmovedora en el papel de obrera de los suburbios de Lieja (Bélgica) cuyo empleo depende de sus colegas.

Estrenada hoy martes en competencia por la Palma de Oro, la película cosechó aplausos y algunos festivaleros hablan ya de una tercera Palma de Oro para los realizadores belgas o de un premio de interpretación femenina para Cotillard.

En ‘Dos días, una noche’, Sandra (Marion Cotillard) sólo dispone de un fin de semana para ir de puerta en puerta a suplicar a cada uno de sus colegas que renuncien a una prima de 1.000 euros para que ella pueda conservar su empleo.

La historia está inspirada en “diversas situaciones similares” que se presentaron a fines de los años 90 en empresas como Peugeot u otras de Bélgica o Estados Unidos, según explicó a la AFP Luc Dardenne.

Su hermano menor, Jean-Pierre, habla del “cinismo contemporáneo” de una dirección que invoca la crisis como justificación de que “sólo puedo contratar a esta persona si ustedes son solidarios”.

Un cinismo tanto menos justificado en cuanto Sandra no es una militante sino una mujer depresiva que sale de una licencia por enfermedad y que “ya no cree en ella y no tiene confianza en los demás”.

“Voy a parecer una mendiga”, dice Sandra a su marido para justificar su rechazo a salir a encarar a sus colegas. Pero poco a poco se convierte en “una mujer que deja de tener miedo”, según Luc Dardenne.

Felizmente para el personaje y “por primera vez en nuestra familia de personajes”, agrega Jean-Pierre Dardenne, la heroína “tiene un marido que es un hombre formidable y llevan una vida normal. No están amenazados de expulsión”, son simplemente gente humilde.

“Un sentimiento de solidaridad”

En la película, la atenta cámara de los hermanos Dardenne sigue a esta mujer en su periplo de puerta en puerta, lo que resulta ser un calvario.

En cada etapa, el espectador descubre una nueva situación, cuentas por pagar, la pérdida del empleo del cónyugue, etc. “La prima representa un año de cuenta de luz y electricidad”, resume un colega.

Luc Dardenne espera que “los espectadores que vayan a ver la película se digan a sí mismos: ‘si yo estuviese en el lugar de Sandra, Mireille o Willy ¿Qué haría?. Tal vez sea un poco ingenuo, pero quizás la película ayude a crear un sentimiento de solidaridad. Es mejor que el individualismo a ultranza al que nos vemos a menudo obligados”.

“Es un sueño” haber podido trabajar con los hermanos Dardenne, explicó a la prensa Marion Cotillard, a quien no asustó “el trabajo enorme de los ensayos” impuestos por los cineastas belgas “para lograr lo que lograron con la película”.

La actriz, ganadora del Oscar, agregó que “es lo que siempre soñé en la relación entre realizadores y actor. Es una experiencia conmovedora, enriquecedora, tal vez la más bella”.

Los dos hermanos Dardenne, que no se imaginan trabajando por separado,  forman forman parte del exclusivo club de los cineastas que recibieron dos veces la Palma de Oro: en 1999 por “Rosetta” y en 2005 por “El niño”. Una tercera Palma sería un récord sin precedentes en la historia de Cannes.