Más de 162.000 personas han muerto en Siria desde que comenzó el conflicto en marzo de 2011, según un nuevo balance proporcionado este lunes por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
La organización establecida en el Reino Unido, que se apoya en una amplia red de militantes y fuentes médicas y militares, ha registrado 162.402 muertos. De este total, al menos 53.978 son civiles y entre ellos hay 8.607 niños.
Según la OSDH, la violencia mató a 42.701 combatientes de la oposición, incluidos más de 13.500 yihadistas del Frente al Nosra y el Estado Islámico en Irak y el Levante (EEIL).
En el otro bando murieron 61.170 miembros de las fuerzas del régimen, entre ellos 37.685 soldados y 23.485 milicianos, siempre según la OSDH.
La ONG contó igualmente 438 muertos en las filas del movimiento chiita libanés Hezbolá, que combate con las fuerzas del régimen. Entre otros extranjeros llegados a Siria para luchar en el bando del régimen Bashar el Asad, 1.224 murieron en el conflicto, agrega la OSDH.
La organización también registró la muerte de otras 2.891 personas que no pudo identificar.
El anterior balance del OSDH, divulgado a principios de abril, era de 150.000 muertos.
El conflicto de Siria comenzó en marzo de 2011 con una revuelta popular pacífica contra el régimen de Asad, que se topó con una represión sangrienta y se fue militarizando progresivamente.
Esta guerra de desgaste, que ha entrado en su cuarto año sin que ningún beligerante lograra imponerse sobre el terreno, dejó por otra parte más de nueve millones de refugiados y desplazados, es decir casi la mitad de la población siria.