El representante del Programa de Gobernabilidad Democrática del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Antonio Molpeceres y la oficial del área, Marcela Ríos presentaron un informe de la ONU denominado “Auditoría a la democracia: más y mejor democracia para un Chile inclusivo” en el Palacio de La Moneda con la presencia de la presidenta, Michelle Bachelet.
En la instancia, los funcionarios analizaron el estudio señalando que la democracia en Chile es una de las más estables en la región, con procesos electorales libres y justos que se ha gestado desde 1990.
En ese sentido destacaron los “procesos electorales libres y justos, control civil de las FF.AA., altos grados de eficacia gubernamental, integridad y probidad en la función pública, lo que se ha reforzado con reformas legales e institucionales”.
Sin embargo, existe desconfianza por parte de la ciudadanía en el sistema político y en las instituciones.
Según Ríos, el informe también muestra “rezagos y debilidades (..) a diferencia de los logros en la gestión pública, en el ámbito de la regulación de la política los cambios habían sido escasos, constatándose fuertes bloqueos para la innovación”.
Además, se critica el rol de los partidos, donde advierte que el protagonismo de algunos dirigentes obstaculiza el trabajo colectivo.
“Si bien se ha producido una expansión de derechos en lo formal, se mantienen desigualdades estructurales en su ejercicio para importantes sectores de la sociedad”, asegura.
“La insatisfacción que expresan los ciudadanos tiene raíces normativas e institucionales reales, que no radican solo en el ámbito de percepciones. Un ejemplo de ello es el sistema binominal que hoy se busca sustituir, el que hoy ha tenido un efecto distorsionador de la representación al excluir a sectores relevantes del país, produciendo bajos niveles de competencia y aumentando las barreras de entrada para grupos tradicionalmente marginados de las esferas de poder”, enfatizó.
“Lograr después de 24 años el reemplazo de este sistema por uno que se ajuste a las necesidades actuales de representación de la sociedad chilena, será sin dudas un hito trascendental para la democracia”, concluyó Ríos.
Al respecto, Michelle Bachelet destacó el envío del proyecto de ley que reforma este sistema y que “permite, por un lado, mejorar la oferta política, de manera que los electores tengan un mayor número de opciones que reflejen de mejor manera la diversidad de nuestra sociedad y de esa manera, poder jugar el rol de un antídoto contra el distanciamiento ciudadano de la política”.
Asimismo, dado a conocer los resultados, la presidenta declaró que existe la necesidad de una nueva Constitución que esté a la altura de los desafíos que Chile tiene, pero fue enfática al señalar que el trabajo para su elaboración “no puede ser de nuevo un tema de elites, una discusión entre expertos, entre cuatro paredes y armar un lindo documento que se manda al Parlamento. Por el contrario, para que sea realmente legítima, no basta con ser construida en democracia, también la legitimidad de poder ser la expresión de un proceso más participativo, democrático e institucional”.