Las FARC y el gobierno colombiano dieron un paso clave hacia el fin del conflicto de medio siglo al cerrar el viernes un acuerdo sobre drogas, a pocos días de las presidenciales del 25 de mayo y en coincidencia con el anuncio de una tregua unilateral de las guerrillas.
“Hoy estamos muy cerca, más cerca que nunca de obtener la paz. Hoy se cerró en La Habana el tercer punto de la agenda. Esto es un paso definitivo, importantísimo, una gran noticia para Colombia y para el mundo entero”, dijo el presidente colombiano Juan Manuel Santos, quien aspira a ser reelecto para llevar a buen término las negociaciones de paz iniciadas en noviembre de 2012 en La Habana.
El acuerdo prevé una campaña de erradicación de los cultivos ilícitos, con la posibilidad de erradicaciones forzosas en caso de que algunos campesinos se nieguen a dejar de cultivar, explicó en La Habana el diplomático cubano Rodolfo Benítez, cuyo país es garante del proceso, al anunciar el compromiso. Estas erradicaciones forzosas se harán de manera “manual” y no con productos químicos, tal como exigían las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La Solución al Problema de las Drogas Ilícitas es el tercero de los seis puntos de las conversaciones de paz que llevan adelante el gobierno y la guerrilla. Hasta el momento han acordado la reforma rural (mayo de 2013) y la participación política de la guerrilla (noviembre de 2013).
Colombia es, junto con Perú, el principal productor de cocaína en el mundo, con 309 toneladas y 48.000 hectáreas sembradas en 2012, según la ONU.
“Acordamos la puesta en marcha de una nueva estrategia contra los activos involucrados en el narcotráfico y el lavado de activos que incluye la identificación de la cadena de valores del narcotráfico”, dijo durante la conferencia en La Habana el diplomático noruego Dag Nylander, cuyo país también es garante del proceso. Agregó además que Santos convocará una conferencia internacional contra el tráfico de drogas en el marco de la ONU.
El jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, dijo que “tanto el gobierno como las FARC reconocen que el fenómeno del narcotráfico ha alimentado el conflicto en Colombia”.
- Sin marcha atrás -
Christian Voelkel, analista para Colombia del centro de análisis de conflictos International Crisis Group, consideró que este acuerdo fortalece el proceso de paz.
“Siempre puede pasar algo extraordinario, pero si no hay un choque externo extraordinario, yo creo que estamos más allá del punto de quiebre, donde ni para las FARC ni para el gobierno hay marcha atrás”, dijo a la AFP.
“En cada tema que avanzan, cada vez hay más conexiones, más vínculos. El tema de la reforma en el campo y el de la droga, por ejemplo, son inseparables y van consolidando la agenda”, explicó.
Los puntos pendientes en la agenda son el abandono de las armas, la reparación de las víctimas y el mecanismo de refrendación de un eventual acuerdo de paz que ponga fin a un conflicto armado de medio siglo que ha dejado cientos de miles de muertos y unos 4,5 millones de desplazados.
- El día de la tregua -
Se especulaba que el acuerdo sobre drogas se anunciaría el 22 de mayo, día en que estaba previsto el fin del actual ciclo de pláticas.
Horas antes, las FARC y el ELN, la otra guerrilla izquierdista aún activa en Colombia, decretaron una tregua unilateral del 20 al 28 de mayo por las elecciones presidenciales del domingo 25, a la que no se sumará el gobierno.
“La insurgencia no cree en el régimen electoral colombiano (…), sin embargo consideramos que un clamor nacional merece ser atendido”, expresó Pablo Catatumbo, delegado de las FARC en el proceso de paz, al explicar la decisión. “Lo hacemos como luz de esperanza para un cese del fuego bilateral”, agregó.
Esta es la tercera tregua que las FARC, la mayor guerrilla de Colombia con unos 8.000 combatientes, decretan en forma unilateral desde que comenzó el proceso de paz y la primera que pactan ambos grupos rebeldes en conjunto.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha manifestado su intención de iniciar negociaciones de paz con el gobierno.
Pese a las esperanzas de los guerrilleros, el gobierno rechazó de inmediato sumarse a la tregua. “No los vamos a dejar de perseguir simplemente porque hagan el favor de dejar de cometer uno de los tantos delitos que cometen”, dijo el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.
Santos ha rechazado sumarse a las treguas declaradas por las FARC, aduciendo que los rebeldes usarían un cese del fuego bilateral para fortalecerse militarmente.